Pionera de la simulación en América Latina, Eliana considera un privilegio poder moverse entre la docencia, la investigación y los congresos. Nos cuenta sus experiencias, sus éxitos, quién la inspiró cuando empezó y quién sigue inspirándola hoy.
Permítanos presentarle a Eliana Escudero Zúñiga: creadora de carreras, escuelas, programas de grado y posgrado, puede que haya iniciado la simulación en América Latina. Primera presidenta de la Sociedad Chilena de Simulación y fundadora de FLASIC, nos cuenta cómo la simulación marcó un antes y un después no sólo en su vida profesional, sino también en su vida personal. Lee varios libros a la vez, pero al mismo tiempo observa con admiración las innovaciones que la industria pone a disposición de los simulacionistas actuales. Autora de capítulos de libros, publicaciones científicas y proyectos de investigación, sus alumnos representan su mayor legado.
SZ: Hola Eliana. Y gracias por compartir su tiempo con nuestros lectores.
Empecemos con calma para romper el hielo: ¿Cómo ha marcado tu vida la simulación?
En primer lugar quiero dar las gracias y saludar a SIMZINE y a quienes me permiten compartir en esta edición mi experiencia con la simulación y cómo ha moldeado mi pasado, mi presente y mi futuro. La simulación marca definitivamente un antes y un después en mi vida laboral, profesional y personal. Cuando lo descubrí, se ampliaron mis redes, mis amigos, mis conocimientos y mi visión de cómo trabajar y educar en la sanidad. Han sido algo más de 20 años en los que la simulación me obligó a tomar grandes decisiones: Tuve que aprender inglés, llamar a las puertas sin miedo, disfrutar de los logros y levantarme de las caídas. He comprendido que los sueños no tienen límites y eso ha sido estupendo. También he podido ayudar a otros a crecer en este camino de muchos retos y grandes oportunidades.
SZ: ¿Cuál ha sido la experiencia más importante que le ha ocurrido en su vida profesional?
No es fácil elegir un solo momento o una sola experiencia importante en mi vida profesional, recuerdo varios. Sin embargo, y pensando en mi vida profesional con la simulación, podría señalar que fue el momento en el que, habiendo sido aceptada para el proyecto Simulation Innovation Resource Center de la National League for Nursing, llegué a Connecticut en Estados Unidos y empecé a trabajar durante 3 años con los mayores expertos mundiales para la creación de estándares en educación con simulación. En ese momento me di cuenta de que tenía una gran oportunidad, pero al mismo tiempo comprendí que tenía que asumir una responsabilidad y dirigir la simulación más allá de lo que era mi trabajo y mis límites. A partir de entonces, sentí el deber de desarrollar una serie de proyectos junto con otros simulacionistas y entusiastas de la simulación, y así se crearon Alasic (Flasic) y más tarde SOCHISIM.
SZ: Si mira su carrera, ¿en qué momento viajaría atrás en el tiempo para cambiarla?
Es difícil responder a esto porque las cosas que viví en el pasado sucedieron por una razón y fueron así porque había otro contexto y en Chile, donde vivo, era imposible pensar que podría haber algo mejor, algo diferente. Sin embargo, si tuviera que viajar al pasado con estos conocimientos actuales, me remontaría a cuando era una enfermera recién titulada y trabajaba muy a gusto en Cuidados Intensivos. Me habría encantado entender mejor la interdisciplinariedad y el trabajo en equipo. Me hubiera encantado hacer simulaciónin situ y CRM y saber algo sobre Seguridad del Paciente y el Factor Humano. Debriefing después de los momentos difíciles que se producen en estos ámbitos. Trabajé en una de las mejores instituciones sanitarias de la época, sin embargo, muchas cosas las hacíamos por lógica o intuición, pero con mucha vocación. Todo lo que sabemos hoy habría hecho de nuestro trabajo algo mucho mejor.
SZ:¿Hayalguien que le haya inspirado en su carrera?
Mi carrera en la simulación se inspiró en Pamela Jeffries, descubrirla fue muy estimulante y puedo decir que fue mi mentora. La conocí por primera vez en una conferencia en la Universidad de Maryland, Baltimore, donde quedé maravillado con lo que presentó. Nuestra amistad se fortaleció a partir de nuestro encuentro en Connecticut, cuando ella dirigía el proyecto mencionado. Desde entonces Pam formó parte de muchos retos y trabajos que desarrollé con éxito. Su generosidad, sabiduría y experiencia marcaron un sello en mí y dieron mi enfoque a la educación y la simulación. Compartí con ella diferentes momentos de su gran carrera profesional, vi cómo alcanzó grandes puestos académicos en prestigiosas universidades y celebré cuando fue elegida presidenta de la SSH, pero también compartimos momentos personales, familiares y de hijos. Estoy infinitamente agradecido a Pam por todo lo que me ha dado.
SZ: Echando la vista atrás, ¿cuál cree que es su mayor legado? ¿O qué espera que sea?
Hay un dicho muy sabio que afirma: «Nadie es profeta en su tierra». Probablemente muchas cosas se entenderán cuando yo ya no esté. Con mucha humildad creo que lo más relevante que podría ser mi legado es lo que está escrito en mis publicaciones, en los capítulos de mis libros, en las revistas, en las actas de congresos, en fin, donde está la historia de cómo llegó la simulación a Chile y cuál fue mi rol junto a otros para instalarla y compartirla con los países vecinos. Crear la primera escuela de enfermería que integra la simulación me enorgullece. En aquel momento fue difícil, pero pasados los años veo que es impensable, ratificando que valió la pena hacerlo. Sin embargo, no puedo dejar de mencionar que otro gran legado son mis aprendices, que hoy son simulacionistas que desarrollan investigación, docencia y simulación con alta calidad y que irán más allá de lo que yo creé como formador.
SZ: ¿Cuál es su relación con las nuevas tecnologías de simulación, como la realidad virtual o aumentada?
Interesante pregunta porque para mucha gente la tecnología está relacionada con la juventud y la verdad es que estoy en absoluto desacuerdo. Los recursos que hoy ofrece la industria son sumamente valiosos e interesantes y están a nuestra disposición, sólo esperan la voluntad del educador para tomarlos, usarlos y aprovecharlos, dando más opciones de aprendizaje al estudiante y de formación al clínico. La resistencia al cambio forma parte, al parecer, de nuestra esencia como seres humanos y la pandemia nos hizo reflexionar y aprender que no es buena. Por lo tanto, los educadores debemos prepararnos y ampliar nuestras mentes mirando hacia el futuro, utilizando la virtualidad y la realidad aumentada. Nada es difícil si estamos dispuestos. El alumno no puede estar solo con la tecnología, la experiencia y el conocimiento del facilitador deben liderar cada proceso educativo propiciando el logro de habilidades y competencias con todos los recursos existentes.
SZ: ¿Prefiere el trabajo clínico, la docencia, la investigación o las conferencias?
Las preguntas me parecen cada vez más difíciles. Dejé de lado el trabajo clínico porque llevo años dedicado a la docencia, la investigación y las conferencias. Creo que estas 3 áreas, docencia, investigación o conferencias, están muy integradas y vinculadas. No es atractivo ser sólo investigador, porque se está muy solo y la simulación requiere interacción, reflexiones sobre la propia metodología, debates y nuevas construcciones. La enseñanza es donde todo lo que aprendemos «se hace realidad». Es el espacio donde siempre seguimos creciendo como simuladores y donde disfrutamos de los resultados y de cada nueva experiencia. Por último, los congresos son espacios donde nos reunimos todos los que hablamos este lenguaje de la simulación y es un campo para nuevos conocimientos que merece la pena seguir explorando. Actualmente tengo el privilegio de moverme en estos tres espacios y es interesante.
SZ: ¿Cuál es el último libro de simulación que ha leído?
La verdad es que leo muchos de ellos en paralelo. Todo depende de lo que esté preparando y por eso reviso diferentes capítulos según cada actividad que tenga que desarrollar. Pero el libro «To Err is Human» es uno de mis favoritos, lo tengo en permanente revisión, siempre descubro algo. También me gusta mucho «Campeones de la simulación» del Dr. Leighton y el Dr. Foisy-Doll.. Uno de los últimos que estoy estudiando es «Simulation Training Through the Lens of Experience and Activity Analysis», que tiene un enfoque más europeo por parte de sus editores. Podría decir, y aunque no son libros, son «mis biblias»: los Códigos Éticos del Simulador, las Normas INACSL, el diccionario Sim y también todo lo publicado por la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente de la Organización Mundial de la Salud. Reconozco que sólo leo sobre estos temas y «mis neuronas» tienen bastante con ello.
SZ: En su opinión y experiencia, ¿qué estamos olvidando para desarrollar bien la cultura de la seguridad del paciente a través de la simulación?
La seguridad en la simulación es el pilar de mi enseñanza y un tema que me apasiona desde que conocí la metodología. La Cultura de la Seguridad me ha vinculado con organizaciones que trabajan en ella y formo parte de una red del mundo virtual sobre el tema, donde aprendo mucho. Por mi experiencia, observo que para muchas personas la simulación «no es seguridad» y mientras no la integremos en los planes de estudios, seguirá ausente. En muchos países, la seguridad no forma parte del programa de licenciatura y los que están en la enseñanza no conocen la teoría, convirtiéndose sólo en un ejercicio tangencial de simulación, llegando muy tarde cuando entra en el mundo real. El error sigue siendo punitivo a día de hoy. En mis programas educativos se incorpora el tema y siempre veo que hay asombro con los datos sobre errores. Los simulacionistas podemos hacer un hueco a los expertos en Cultura de Seguridad y a la intencionalidad en nuestra enseñanza y formación.
SZ: Antes de terminar, ¿cómo ve la simulación en América Latina en el futuro?
Empezaré señalando lo positivo. Veo que la simulación está despertando de nuevo en la región y, a pesar de que se utilizó mucho durante la pandemia, fue sólo con un objetivo y sin comprender toda su dimensión, su alcance y su capacidad de desarrollo. Existe motivación, sobre todo en los países que aún no la habían incorporado en gran medida. Veo un mayor interés en los clínicos y una cierta preocupación por las cuestiones relacionadas con la seguridad. Hay interés por conocer diferentes propuestas y recursos. Sin embargo, sigue habiendo un fuerte enfoque en el maniquí y algunos en el Paciente Simulado. Sigue dependiendo de la presión de grupos aislados, lo que se traduce en dificultad para integrarse en el plan de estudios y permanecer en el tiempo. Falta flexibilidad ante las nuevas propuestas, para hacer hincapié en la formación de los simuladores y el uso de normas. Pero, sobre todo, esto requiere políticas centrales y ministeriales que proporcionen los recursos y las condiciones para avanzar.
SZ: La pregunta incómoda de SIMZINE: ¿quién es su simulacionista favorito actual y por qué?
Esto es realmente difícil y no puedo nombrar sólo uno. Sé que muchos se sentirán mal porque son importantes y favoritos para mí, pido disculpas. Por lo tanto, voy a dar una buena razón de mi elección. La primera es la Dra. Lisa Sinz, directora del Centro de Simulación Clínica Hershy, EE.UU. Es una gran mujer, inteligente y visionaria, la admiro profundamente. Supo comprender la importancia de contar con sociedades de simulación, siendo miembro fundador de la SSH y su primera presidenta. Su proyecto y el programa que dirige en Hershy, ciudad de chocolate como se la conoce, son extraordinarios. Mi segundo favorito es el Dr. Haru Okuda, antiguo presidente de la SSH. Compartí con Haru cuando estaba en la junta de SSH y su inteligencia, claridad y energía motivaban a todos. Es alguien con ideas brillantes y generoso con todos sus conocimientos. No deje de pasar a conocerlos cuando vaya a IMSH.
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