Nuestro director Pier Luigi Ingrassia explora el auge del reconocimiento profesional en la asistencia sanitaria, y presenta viajes personales en la simulación sanitaria, además de las novedades del último número de SIMZINE
El campo en rápida evolución de la simulación sanitaria representa una evolución fundamental en la formación médica, que pone de relieve la necesidad de un aprendizaje práctico y experimental. Esta transformación trae a primer plano un debate vital sobre el reconocimiento de los educadores basados en la simulación y los especialistas en tecnología como profesionales por derecho propio. Una profesión, después de todo, no es simplemente un conjunto de personas que realizan un trabajo; es una comunidad de personas instruidas que se adhieren a normas y prácticas éticas específicas para el bien público. La trayectoria de la simulación sanitaria, que ha pasado de ser una herramienta educativa auxiliar a un pilar fundamental, pone de manifiesto la dedicación y la innovación de estos especialistas. Poseen una combinación única de experiencia clínica, conocimientos pedagógicos y habilidad tecnológica, diseñando escenarios que reflejan las complejas realidades de la atención al paciente para crear experiencias que permitan a los participantes reflexionar después y transferir nuevos modelos mentales a comportamientos clínicos. El reconocimiento formal de estas funciones como distintas profesiones es un paso hacia el reconocimiento del valor crítico que añaden a la educación sanitaria y al cuidado de los pacientes. Así pues, la transición de funciones a menudo infravaloradas o consideradas voluntarias a puestos reconocidos y remunerados no es sólo una cuestión de dignidad profesional; es crucial para la sostenibilidad del campo. Incorporando la definición más amplia de profesión, entendemos que profesiones como la medicina, el derecho, la ingeniería y, ahora, la simulación en la asistencia sanitaria, están vinculadas por el compromiso de trabajar por el bien público. Este compromiso implica no sólo adherirse a normas rigurosas de práctica, sino también contribuir a la mejora continua de dichas normas en beneficio de la sociedad en general. Athena Ryals, en su estimulante artículo, defiende elocuentemente el reconocimiento emergente de los técnicos de simulación en la educación médica. Ryals aboga por el reconocimiento de los técnicos de SIM, con sus diversas formaciones y habilidades. En realidad, su argumento va más allá del mero reconocimiento, ahondando en la esencia de lo que significa ser un profesional en este ámbito innovador.
Mientras abogamos por el reconocimiento formal y la compensación equitativa de los educadores y especialistas en tecnología basados en la simulación, también abrazamos el poder de la narración para iluminar los aspectos humanos que se esconden tras la tecnología y la pedagogía. Anunciamos con gran entusiasmo el lanzamiento de la serie de artículos SIMLove en este importante momento. Los artículos de SIMLove desvelan las historias personales que hay detrás de nuestros viajes profesionales. Estas narraciones exploran retos, logros y puntos de vista, destacando la diversidad y profundidad dentro de la comunidad de la simulación. En este número, Dheeraj Lokesha presenta el acontecimiento que marcó un hito en su carrera como técnico de simulación e Hilary Gupte describe su viaje de transformación de una educadora de simulación. También nos alegra y honra contar con el testimonio de Ferooz Sekandarpoor, que ha hecho de su entusiasmo por la simulación una profesión de éxito. Y, la historia de una mujer emprendedora, Mirette Dubè, que pone de relieve el importante impacto de la dedicación y la defensa de la seguridad del paciente a través de la simulación de sistemas sanitarios.
Pero no hemos olvidado los fundamentos de nuestra profesión. Paolo Gastaldi nos orienta sobre la importancia de las habilidades emocionales, nos familiariza con los fundamentos neurobiológicos de las emociones y propone un innovador gradiente de emociones que ofrece una nueva perspectiva para enriquecer el aprendizaje y el debriefing en escenarios clínicos simulados. Además, también hablamos del arte y la ciencia del debriefing, con la contribución de Desiree Diaz y Kristina Thomas Dreifuerst del INACSL, sin olvidar los dispositivos de simulación a través de la mirada técnica de Antonio Scalogna y Scott Crawford de SimGHOSTS.
Concluyo dando las gracias a Barry Issenberg, actual Presidente de la SSH, e invitándote a leer la conversación en profundidad que mantuve con él sobre sus pasiones, su camino hacia el liderazgo y sus aspiraciones futuras para la sociedad y para la educación sanitaria.
PLI
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