¿Puede la simulación ser sostenible?

Redazione SIMZINE
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Es fundamental concienciar a la población sobre la importancia de una simulación más sostenible. Nuestras panelistas debaten cómo adquirir las capacidades de gestión necesarias para ello.

El debate

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado el cambio climático como «la mayor amenaza sanitaria mundial del siglo XXI». Por lo tanto, también los simulacionistas, los educadores, las organizaciones, los organismos industriales y los principales expertos en el campo de la simulación tienen el deber moral de actuar en términos de asumir la responsabilidad de gestionar el planeta y sus recursos.

De hecho, la simulación es un campo en rápido crecimiento, lo que implica la necesidad de métodos sostenibles y rentables para facilitar su difusión. Algunas sociedades científicas han creado grupos de interés especial sobre sostenibilidad que reflejan el compromiso de nuestra comunidad científica. Como mostraba un artículo publicado recientemente, los centros de simulación ya están llevando a cabo actividades de simulación sostenibles, como la reutilización de consumibles como tubos intravenosos, bolsas de soluciones intravenosas y bolsas de fármacos, y algunos están reciclando parte de ellos. Pero, ¿hay más por hacer, y cómo? Le preguntamos a nuestras panelistas.


Moderator: PierLuigi Ingrassia

Centro di Simulazione (CeSi), Centro Professionale Sociosanitario Lugano

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Carolina Sambuceti Núñez

Enfermera de Urgencia, Educadora en Simulación, Magíster en Educación en Ciencias de la Salud. Actualmente se desempeña como Directora Académica en la Universidad de San Sebastián, Chile, lidera la innovación en simulación en salud.

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Heather Baid

Heather Baid es enfermera especializada en cuidados intensivos y profesora titular en la Universidad de Brighton. Está muy interesada en cuestiones de sostenibilidad, como la reducción de la huella ambiental de las prácticas sanitarias con beneficios colaterales económicos y sociales.

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Carla Sa-Couto

Educadora de Simulación Clínica y Líder de Investigación en CINTESIS@RISE, Departamento de Medicina Comunitaria, Ciencias de la Información y Decisión (MEDCIDS), Facultad de Medicina, Universidad de Oporto (FMUP);

Presidenta del Comité Directivo de la Red Europea de Investigación sobre Simulación (SiReN@SESAM);

Miembro del Comité Ejecutivo y Directora de Conferencias de la Association for Simulated Practice in Healthcare (ASPiH)

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Carolina Sambuceti Núñez

Q1 ¿Cuáles son las principales medidas que, como simulacionistas, deberíamos adoptar para incidir en el medio ambiente a escala mundial?

Carolina Sambuceti Núñez: Como educadores en simulación clínica, podemos tomar medidas significativas para mitigar nuestro impacto medioambiental. La simulación clínica, una potente metodología educativa, requiere la gestión de recursos, desde suministros hasta simuladores y equipos biomédicos, todos los cuales tienen una huella medioambiental. Es pertinente diseñar escenarios sostenibles, aprovechando la simulación virtual para reducir la necesidad de recursos físicos. Es aconsejable reciclar y reutilizar simuladores y suministros cuando sea seguro hacerlo. Promover la conservación de la energía seleccionando sistemas de consumo eficientes y optando por tecnologías energéticas limpias es esencial. Minimizar la generación de residuos eligiendo productos reutilizables y educando a nuestros alumnos es fundamental. Además, es crucial colaborar con los educadores de simulación para compartir las mejores prácticas y adoptar tecnologías más respetuosas con el medio ambiente. Por último, abogar por políticas institucionales que promuevan la sostenibilidad, como trabajar con materiales respetuosos con el medio ambiente para la simulación y los espacios de simulación, fomentando construcciones con mejor iluminación y ventilación naturales.

Heather Baid: El sector sanitario se esfuerza ahora por ser más sostenible desde el punto de vista medioambiental, y algunos países, como el Reino Unido, se esfuerzan por alcanzar objetivos de cero emisiones netas para minimizar la huella medioambiental de la sanidad. La educación basada en la simulación debe ponerse al día con este movimiento de sostenibilidad para mitigar el daño ecológico desde un sentido de administración de la salud planetaria y mantener auténticos escenarios de simulación y entornos. Si los hospitales y los entornos comunitarios están reduciendo su impacto en problemas de crisis global como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación del agua, el aire y la tierra, la simulación que replique esta práctica sanitaria debe seguir el ejemplo. Para mejorar el impacto medioambiental a nivel global, todo el personal y los alumnos implicados en la simulación necesitan la capacidad, la oportunidad y la motivación para cambiar sus comportamientos y lograr un cambio cultural generalizado, que permita a la simulación reflejar los principios de la práctica clínica sostenible (prevención, autocuidado del paciente, prestación de servicios ajustada y alternativas con bajas emisiones de carbono) centrándose en un enfoque más saludable de la adquisición, el uso de recursos y la gestión de residuos.

Carla Sa-Couto: Creo que hay varias medidas sencillas que podemos adoptar para tener un impacto medioambiental positivo. He aquí algunas ideas:

  • Desarrollar y aplicar políticas de reciclaje de los residuos pseudoclínicos generados por las actividades de simulación.
  • Equilibrar la necesidad de crear autenticidad y entornos inmersivos con el uso de equipos de protección personal desechables y material/equipos clínicos reales. Aplicar prácticas que minimicen el uso de suministros médicos desechables en las simulaciones y fomentar la reutilización de materiales y equipos de simulación para minimizar los residuos.
  • Promover actividades de simulación sostenibles y accesibles, como sesiones de formación virtual, telesimulaciones y teledebriefing (si son apropiados desde el punto de vista educativo), para reducir el uso de suministros y equipos desechables y la huella de carbono asociada a los viajes.
  • Integrar los principios de sostenibilidad en los planes de estudios de simulación para formar a los profesionales sanitarios en prácticas responsables con el medio ambiente, ampliando el impacto más allá de las actividades de simulación.

Aunque nuestra contribución y compromiso individuales son esenciales, estas acciones deben regularse y adoptarse a nivel institucional, para promover la adhesión, una aplicación normalizada y la responsabilidad de la organización.

Q2 ¿Qué características debe tener un centro de simulación responsable con el medio ambiente?

HB: Un centro de simulación responsable con el medio ambiente debe tener un entorno físico y unas prácticas operativas basadas en los principios de la economía circular y el pensamiento sistémico. La economía circular pretende evitar la cultura del «usar y tirar», en particular la gestión de residuos clínicos, costosa desde el punto de vista medioambiental y económico, centrándose en las «R» del ciclo de los recursos: reducir, reutilizar, reparar, renovar y reciclar. La práctica de la simulación también puede utilizar productos caducados o seguir reutilizando artículos clínicos que quizá no sean adecuados en una situación sanitaria real con pacientes, pero que podrían seguir utilizándose en escenarios simulados. El pensamiento sistémico considera la interconectividad de todos los microsistemas, mesosistemas y macrosistemas implicados en un proceso para explorar el contexto más amplio del uso de los recursos y todas las personas implicadas.

La sostenibilidad de la simulación comienza con la utilización de los recursos y la gestión de los residuos en la sala, pero continúa más allá

a través de una comunicación clara y la colaboración con otras personas en el ámbito de los bienes inmuebles, las adquisiciones y las partes interesadas externas.

CSC: Idealmente, un centro de simulación sanitaria responsable con el medio ambiente debería priorizar la implementación de varias características clave. Estas incluyen una infraestructura sostenible (sistemas energéticamente eficientes, así como equipos de ahorro de energía), utilizar fuentes de energía renovables, utilizar equipos de simulación ecológicos, entre otros. El centro también debe poner en marcha programas de reducción de residuos y promover el reciclaje y la reutilización para minimizar la eliminación de suministros y equipos médicos. El centro debe promover la educación en sostenibilidad, con exposiciones y materiales informativos para concienciar al personal, los estudiantes y los visitantes. En esencia,

un centro de simulación responsable con el medio ambiente integra prácticas ecológicas en su infraestructura, operaciones y misión educativa.

CSN: Un centro de simulación responsable debe cumplir una serie de características clave para garantizar su compromiso con la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente. En primer lugar, debe medir y controlar rigurosamente su huella de carbono, evaluando y reduciendo su impacto medioambiental. Además, debe contar con políticas claras de la alta dirección, que establezcan objetivos y compromisos sostenibles. El reciclaje y la correcta gestión de residuos son cruciales, reduciendo la generación innecesaria de residuos y fomentando su reutilización. Asimismo, la educación y concienciación medioambiental son esenciales para todos los implicados en un centro de simulación, incluidos estudiantes, educadores y colaboradores. Un centro de simulación que incorpore estas características demuestra su auténtico compromiso con la responsabilidad medioambiental y sirve de modelo para promover prácticas sostenibles en la educación sanitaria y la formación continua.

Heather Baid

Q3 Aunque adoptar prácticas sostenibles es bueno para el medio ambiente, ¿creen que estas prácticas también pueden ayudar con la carga financiera que supone mantener los centros de simulación sanitaria?

CSC: Sin duda. Aunque la implantación de una infraestructura sostenible conlleva una inversión inicial, los beneficios económicos a largo plazo suelen compensar los costes iniciales. Esta inversión inicial puede reducirse con oportunidades de financiación, ya que hay varios programas gubernamentales que ofrecen incentivos financieros para estimular las prácticas de construcción ecológica. A más largo plazo, los sistemas energéticamente eficientes pueden reducir significativamente los costes de mantenimiento, la producción de residuos y los programas de reciclaje pueden suponer un ahorro de costes en la eliminación de residuos. Además, las iniciativas de sostenibilidad pueden impulsar la reputación institucional, atraer financiación y oportunidades de asociación, aumentar la inscripción en programas de formación, lo que generará ingresos adicionales. En resumen, las prácticas sostenibles no sólo benefician al medio ambiente, sino que también tienen el potencial de contribuir a la salud financiera y a la resistencia de los centros de simulación sanitaria a lo largo del tiempo.

HB: Es urgente cambiar los métodos de trabajo, reducir el impacto de la simulación en la salud planetaria y aportar beneficios colaterales económicos y sociales. La reducción de residuos y una separación adecuada pueden reducir significativamente el coste monetario de la compra de artículos desechables de un solo uso y disminuir el volumen de residuos que requieren incineración. Las medidas de ahorro energético pueden reducir el consumo de electricidad o gas necesarios para la iluminación, la calefacción y el aire acondicionado. La sostenibilidad financiera es una consideración importante porque los enfoques de simulación deben ser asequibles para el funcionamiento diario y la longevidad del departamento de simulación. Las consideraciones de sostenibilidad social pueden ser menos obvias, pero están interconectadas con la sostenibilidad medioambiental y financiera. Por ejemplo, los simuladores pueden utilizar un modelo de valor social para orientar las adquisiciones éticas, fomentar la satisfacción de las personas (en este caso, el personal y los alumnos) y planificar escenarios que aborden los determinantes sociales de la salud y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

CSN: Creo que la sostenibilidad abarca tanto aspectos medioambientales como económicos. Un centro de simulación que adopta una política de reciclaje adecuado de consumibles no destinados a pacientes reales ya está reduciendo su gasto económico. Si prioriza la iluminación y ventilación naturales en su construcción, incurrirá en menores costes energéticos. Además, si educa a estudiantes, educadores y colaboradores para que cultiven una cultura medioambiental sostenible, también repercutirá a largo plazo en el ahorro.

Carla Sa-Couto

Q4 En el último SIM Debate debatimos con nuestros panelistas sobre si los elementos de sostenibilidad deben integrarse en el diseño de los espacios del centro y cuáles. ¿Qué opinan al respecto?

CSN: La enseñanza basada en la simulación requiere la gestión de espacios, suministros, simuladores, biotecnología y personal. Como se ha mencionado anteriormente, la consideración de espacios adecuados, especialmente aquellos con iluminación y ventilación natural, favorece la sostenibilidad. Otro elemento importante a considerar es el uso de energías limpias, es decir, fuentes de energía con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, siendo la energía solar una de ellas, ya que es fácilmente implementable en la actualidad. Por último, un aspecto crucial a tener en cuenta es el uso racional del agua. El empleo de sensores ayuda a racionalizar el consumo de agua y a facilitar el acceso de los alumnos, técnicos de simulación, educadores y colaboradores a fuentes de agua potable para llenar sus botellas reutilizables de uso personal es una medida importante, no sólo por razones medioambientales, sino también para mejorar la salud en general.

HB: Los nuevos espacios de simulación, o la readaptación de los ya existentes, brindan la oportunidad de diseñar centros de simulación aptos para la sostenibilidad. Los múltiples flujos de residuos requieren espacio y una señalización clara para garantizar una separación adecuada de los residuos, fomentar el reciclaje y reducir la incineración siempre que sea posible de artículos clínicos y envases. Los edificios sostenibles también pueden diseñarse para incluir fuentes de energía renovables, luz natural siempre que sea posible y un uso responsable de la electricidad, el gas y el agua. El transporte sostenible para el personal y los estudiantes se facilita proporcionando almacenamiento seguro para bicicletas, duchas, puntos de carga para bicicletas o coches eléctricos y buenas opciones de transporte público. Los espacios verdes y azules de la sanidad se están popularizando para iniciativas de prescripción social (por ejemplo, jardines y acceso al agua para terapias de salud física y mental) y para promover el bienestar de pacientes, familiares y personal. Algunos escenarios de simulación podrían realizarse en el exterior para reproducir fielmente este tipo de actividades sanitarias al aire libre.

CSC: Los elementos de sostenibilidad deben integrarse en el diseño del espacio del centro desde el inicio del proceso de planificación. Este planteamiento garantiza que la sostenibilidad se tenga en cuenta y se incorpore en todas las fases de desarrollo. Esto significa tener en cuenta los materiales ecológicos, los sistemas y equipos de eficiencia energética, la tecnología verde y las estrategias de reducción de residuos desde la fase de conceptualización. Desde la selección del emplazamiento y el diseño arquitectónico hasta la infraestructura tecnológica y la planificación interior, la integración temprana de elementos de sostenibilidad da como resultado un centro de simulación sanitaria que fomenta la responsabilidad medioambiental y ofrece un entorno de aprendizaje saludable y eficiente. Al incorporar los principios de sostenibilidad en una fase temprana del proceso de diseño, los centros de simulación sanitaria pueden reducir su huella medioambiental, reducir los costes operativos a largo plazo y crear un entorno de aprendizaje más saludable y responsable con el medio ambiente, tanto para los alumnos como para el personal.

En un comentario reciente sobre el liderazgo educativo de las profesiones sanitarias en relación con las emergencias sanitarias planetarias, se acuñó el término «líder ecoético» y se identificaron las características clave de un enfoque de liderazgo «ecoético» (McKimm&McLean, Medical Teacher,2020, 42:8,855-860). Entonces, ¿cómo debe ser y qué debe hacer un líder de simulación «ecoético»?

HB: Los líderes de la simulación eco-ética ejemplifican las prácticas de sostenibilidad promoviendo la política y la orientación estratégica descendente de la simulación sostenible y el campeonato ascendente de las prácticas diarias de simulación. El liderazgo para la sostenibilidad no necesita seguir una jerarquía tradicional porque las iniciativas de sostenibilidad requieren un enfoque colaborativo de todas las partes interesadas. El «liderazgo» lo pueden ejercer los educadores de simulación, los técnicos, los estudiantes, los representantes de la industria y las personas que trabajan en el sector inmobiliario, la gestión de residuos y las adquisiciones. Los líderes y los miembros del equipo también pueden basarse en los conocidos principios de los factores humanos del trabajo en equipo, la comunicación, la conciencia de la situación y la gestión de tareas para lograr un cambio de comportamiento más eficaz y eficiente, que ayude a «sostener» la sostenibilidad.

El liderazgo y el seguimiento eco-éticos mantienen la calidad de las prácticas de simulación al tiempo que bastan con los recursos disponibles para evitar poner en riesgo la salud planetaria y la sostenibilidad medioambiental.

CSC: Desde mi punto de vista, los líderes de simulación «eco-éticos» son personas visionarias que entienden el vínculo crítico entre la asistencia sanitaria y el medio ambiente. Promueven activamente prácticas sostenibles en sus actividades de simulación e integran la conciencia medioambiental en la educación sanitaria. Esto incluye el desarrollo de planes de estudios que utilizan la simulación sanitaria para abordar las emergencias sanitarias mundiales. Colaboran con expertos y socios de la comunidad, fomentando la innovación en tecnologías de simulación sostenibles. Actúan como modelos, inspirando a colegas y estudiantes/becarios para que adopten prácticas eco-éticas y se mantengan informados sobre cuestiones medioambientales. Además, se comprometen a promover políticas acordes con los objetivos de sostenibilidad. En última instancia, los líderes de la simulación «eco-ética» se esfuerzan por crear un entorno de simulación que prepare a los profesionales sanitarios para abordar los retos urgentes de las emergencias sanitarias mundiales, garantizando al mismo tiempo los principios éticos.

CSN: El artículo de McKimm y McLean presenta una perspectiva interesante para comprender la necesidad de un nuevo liderazgo en la Educación Basada en la Simulación (EBS). Como líder en SBE, considero crucial adoptar un enfoque eco-ético que se alinee con la visión del liderazgo sostenible. Esto implica no sólo liderar la formación de los profesionales sanitarios, sino también dar ejemplo en términos de sostenibilidad. Predicar con el ejemplo, mediante acciones como reducir, reciclar y reutilizar, ser conscientes de nuestra huella de carbono y defender activamente que la SBE proponga soluciones que aborden la sostenibilidad medioambiental y la preservación del planeta. Creo que un liderazgo eco-ético en la SBE no sólo es pertinente, sino esencial para abordar los retos medioambientales actuales y futuros en la atención sanitaria de nuestra comunidad.

Conclusión

Todo el sector sanitario se esfuerza ahora por ser más sostenible desde el punto de vista medioambiental y la enseñanza basada en la simulación debe ponerse al día con este movimiento de sostenibilidad para mitigar el daño ecológico. Es aconsejable reciclar y reutilizar simuladores y suministros cuando sea seguro hacerlo, o diseñar escenarios sostenibles, aprovechando la simulación virtual para reducir la necesidad de recursos físicos. Los nuevos espacios de simulación, o la readaptación de los ya existentes, brindan la oportunidad de diseñar centros de simulación aptos para la sostenibilidad. Mediante la incorporación de principios de sostenibilidad en las primeras fases del proceso de diseño, como materiales ecológicos, sistemas/equipos energéticamente eficientes, tecnología verde y estrategias de reducción de residuos, los centros de simulación sanitaria pueden reducir su huella medioambiental, reducir los costes operativos a largo plazo y crear un entorno de aprendizaje más saludable y responsable con el medio ambiente, tanto para los alumnos como para el personal.

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