Realismo vs. Eficacia: la problemática de la compensación

Más no siempre es mejor. Este es el caso del realismo de la simulación clínica en la educación médica: los retos de la fidelidad de la simulación y el entrenamiento con simuladores pueden influir significativamente en el aprendizaje de los estudiantes. Exploramos los beneficios y las complicaciones de aumentar la fidelidad en contextos de educación clínica.

Relataremos, en esta comunicación, algunas de las situaciones observadas por los autores – en relación al ejercicio docente en simulación – que nos llevaron a plantear la “problemática de la compensación” (Herrera y cols, 2023), que corresponde a un fenómeno donde se aumenta de forma no fundada la fidelidad física de la simulación en situaciones de entrenamiento en baja fidelidad.

Un caso concreto

Transcurría la clase de un docente. Tal clase consistía en la práctica de inserción de un catéter venoso periférico con un grupo de estudiantes “novatos”, aproximadamente en el segundo año de una carrera o programa de salud, que por su dificultad había sido dividida en tres clases separadas por una semana. El objetivo consistía, precisamente, en insertar un catéter venoso periférico, siendo el primer enfrentamiento de estos estudiantes a tal técnica. Estaban dispuestos todos los insumos que requería tal procedimiento, contemplado dentro de la categoría de “baja fidelidad”. Cuando el docente inició la clase realizó un ejercicio demostrativo, y solicitó más insumos a los operadores del centro de simulación, como venoclisis, soluciones intravenosas, bomba de infusión, etcétera. Luego, los estudiantes comenzaron el ejercicio práctico, donde el docente comentaba frecuentemente: «este brazo no es igual a lo real», «en los pacientes la piel no es tan dura», «el procedimiento no es igual en un paciente porque este se mueve», «el verdadero aprendizaje vendrá cuando ustedes realicen el procedimiento en un paciente real».

En la segunda clase, pudimos observar aún más de cerca el desempeño de los estudiantes y notamos que no habían superado aspectos como: tomar bien el catéter, realizar la antisepsia de la piel, realizar un correcto ángulo de inserción, etcétera. Sin embargo, el docente, estaba solicitando que el brazo no estuviera “simplemente” en el mesón, si no que el brazo estuviera adosado a un simulador de cuerpo completo, en una cama clínica y en una sala que tuviera “un poco más de ambiente”, porque decía que el estudiante debía saludar al paciente y presentarse, identificar su nombre, observar los cambios en el monitor multiparámetro, observar los cambios en signos vitales, etcétera. 

Pensamos que aquí había un problema porque el estudiante no había superado los pasos básicos para pasar a tener que procesar elementos más complejos, como el ambiente; por lo tanto, se estaba agregando carga cognitiva a la tarea de forma innecesaria. Conversamos con el docente y nos comentó que él pensaba que se debía entrenar el procedimiento en el mismo ambiente en el cual se iba a desenvolver el estudiante en el futuro, para prepararlo de mejor forma para la “vida real”. 

Reflexiones sobre el Realismo de Simulación

Inmediatamente vino a nuestra mente los ensayos que hacen los músicos de sus presentaciones, en las cuales no hay público, que sería el equivalente de la “vida real” para un músico, y aplicando la misma lógica que me comentaba el docente, para cada ensayo un músico tendría que estar con su público, pero también deberían estar las cámaras, las pantallas, la logística, en fin, una lista infinita y difícil de cumplir para un “ensayo”.

Esta situación y otras similares la observamos también en otras ocasiones y en varios docentes en distintas épocas, lo que nos llevó a pensar que había un patrón de comportamiento común, donde se estaban desviando los déficits de la instrucción hacia aspectos de la fidelidad física, lo que nos llevó a plantear – como comentábamos al inicio – la “problemática de la compensación”, que consiste en aumentar o intentar aumentar el nivel de realismo de la simulación, para compensar algún déficit en la didáctica docente.

Ahora bien, puede resultar muy atractivo aumentar la fidelidad de la simulación: se pensará que aumenta el aprendizaje e incluso la satisfacción de mi audiencia de estudiantes; cuando, en realidad, no es necesario en algunas situaciones de entrenamiento. No decimos con esto que no sea necesario en algunas situaciones un mayor nivel de fidelidad, sino que solamente es improcedente aumentar la fidelidad para cumplir algunos tipos de objetivos. Al aumentar el nivel de la fidelidad de la simulación de forma innecesaria puede traer como consecuencia aumento de los costos y se desvía el propósito enfocado hacia los objetivos, y asimismo se agrega carga cognitiva a la tarea, que, si bien es necesaria, debe estar precisamente situada en el “umbral de desafío óptimo”, ni más, ni menos.

Puede que este fenómeno no siempre esté presente, nuestra hipótesis es que depende de algunas variables como la capacitación docente, la planificación de las clases, la inserción curricular adecuada, e incluso de la propia misión del centro de simulación. Sin embargo, hemos llegado a pensar, incluso, que esto ocurre por razones que van más allá de lo pedagógico, y puede haber un fenómeno sociológico que de alguna forma lo relata Byung-Chul Han en su libro “Desaparición de los rituales”, en el cual relata el reemplazo de la “percepción simbólica” por la “percepción serial”, donde esta última “(…) se apresura de una información a la siguiente, de una vivencia a la siguiente, de una sensación a la siguiente, sin finalizar jamás nada” (Han, 2021).

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