Este artículo explora las diferencias entre los pacientes simulados, estandarizados y entrenados en el contexto de la simulación clínica. Destaca la importancia de utilizar actores profesionales en las simulaciones para garantizar calidad, realismo y ética, subrayando cómo estas técnicas contribuyen a la formación humanizada de futuros profesionales de la salud.
Para comenzar este artículo, partiremos definiendo los términos «paciente simulado», «paciente estandarizado» y «paciente entrenado» según el diccionario de simulación en salud de la Agency for Healthcare Research and Quality.
- Paciente Simulado: Nota – Este término es a menudo sinónimo de «paciente estandarizado». Corresponde a una persona que ha sido entrenada cuidadosamente para simular a un paciente real con tanta precisión que la simulación no puede ser detectada por un clínico experto (Borrow, 1987).
- Paciente Entrenado: Este concepto surge con la finalidad de tener un nombre genérico para las diferentes personas que han recibido capacitación para aportar como pacientes a la formación de los profesionales de la salud e incluye a los pacientes simulados y estandarizados (Phillipa Moore, 2016).
- Paciente Estandarizado: Para esta definición, y como mencionamos anteriormente, se define de la misma manera que un paciente simulado, con la diferencia específica de que este paciente debe ser capaz de estandarizar y repetir su interpretación las veces que sea necesario. Ejemplo: un ECOE/OSCE.
Pero lo más relevante es que en ninguna definición se menciona al paciente simulado como un actor o profesional de las artes escénicas entrenado para interpretar una patología física o mental, ni se menciona su rol docente en la retroalimentación entregada en el debriefing.
Dentro de las aplicaciones del teatro, refiriéndonos a las maneras de utilizar las técnicas o herramientas que nos ofrece la educación artística escénica y realizadas por actores profesionales, nos encontramos con diferentes áreas donde el actor puede desempeñarse fuera del escenario teatral. Damos algunos ejemplos: payaso de hospital, pedagogía teatral, entrenador de oratoria y comunicación no verbal, paciente estandarizado, locución y doblaje, entre otras.
Es importante destacar que la simulación clínica es un multiverso de conocimientos y experiencias simuladas que sugieren o imitan factores o situaciones que los profesionales viven en su quehacer clínico. Así como hablamos de diversas carreras de las ciencias médicas, también debemos hablar de las complejidades en estas, desde un examen físico a un paciente modelo, donde la dificultad técnica y no técnica es menor que en una simulación de alta complejidad, como lo es trabajar con el duelo, escenarios de urgencia o malas noticias.
Me sugiere realizar la siguiente reflexión: el paciente simulado debe ser un actor profesional experto (formación profesional universitaria) y no un actor de oficio. No con la finalidad de polemizar, pero sí con el deber de respetar una profesión en la que se nos educa en ética y moral profesional afines a la profesión y, sobre todo, ya que somos educadores, que aportamos en la formación de futuros profesionales de la salud. Hoy, la labor de un paciente simulado es entregar simulaciones de alta calidad, tanto a niveles de representación como en retroalimentación, y es deber de todos los educadores, incluidos los pacientes simulados, formarse en ello.
Aquí nombro algunas diferencias que podemos observar entre un paciente simulado actor y uno no actor.
**Actor**
– Profesionales capacitados (actuar, feedback)
– Puede entrar y salir de la emoción con facilidad.
– Usa «sí mágico» y memoria emotiva.
– Facilidad para aprenderse un caso clínico e improvisar.
– Puede guiar la entrevista si el alumno se pierde en esta.
– Son comunicadores y entregan las herramientas.
– Acceden a la caracterización.
– Tienen la ventaja de auto-observarse desde un otro.
– Generan una distancia con el estudiante, al igual que lo hace un paciente nuevo.
– No existe la inhibición al ser observado.
– Puede repetir el mismo escenario manteniendo los mismos gestos, volumen, tono y movimientos.
– No pierde el objetivo de la escena.
**Paciente Entrenado No Actor**
– Comunidad (vecinos, estudiantes, familiares, etc.).
– Puede actuar solo en algunos tipos de escenarios.
– Carece de herramientas actorales.
– Mayor dificultad para entrar y salir de la emoción.
– Carece de herramientas comunicacionales.
– Puede simular con el fin de aprender sobre sus propias patologías, dificultando la objetividad del escenario.
Hoy, como actor profesional y coordinador de pacientes simulados, es mi deber aportar a las simulaciones calidad, realismo, ética, seguridad y respeto. Como ya hemos visto, son muchas las competencias que se pueden aprender con esta hermosa metodología, y más aún hoy, generar un acercamiento a los cuidados humanizados o, más bien, a la humanización sanitaria.
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