SimZones en la formación de grado en enfermería: retos, adaptaciones y una propuesta para el futuro

Redazione SIMZINE
Cite SimZones en la formación de grado en enfermería: retos, adaptaciones y una propuesta para el futuro icon
Share SimZones en la formación de grado en enfermería: retos, adaptaciones y una propuesta para el futuro icon
$title

En el mundo de la simulación sanitaria, los marcos estructurados ayudan a los formadores a impartir una formación eficaz adaptada a las necesidades y al nivel de experiencia de los alumnos. Uno de estos marcos es el modelo SimZones, diseñado originalmente para profesionales clínicos. Pero, ¿qué ocurre cuando aplicamos este modelo a la formación de grado en enfermería? ¿Pueden los estudiantes beneficiarse de la misma manera o es necesario realizar ajustes?

Exclusiva de SIMZINE basada en el seminario web SIMShot presentado por Álvaro Trampal Ramos con Belén González Tejerina

En el primer episodio de SimShot, una nueva serie de seminarios web breves y específicos sobre simulación e innovación, el presentador Álvaro Trampal se sienta con Belén González Tejerina, enfermera, educadora clínica e instructora de simulación avanzada en la Fundación Jiménez Díaz y la Universidad Autónoma de Madrid. A través de esta interesante conversación, Belén nos cuenta su experiencia práctica con SimZones, los retos a los que se enfrenta a la hora de implementar la simulación para estudiantes universitarios y su propuesta de una nueva «Zona 2 Plus» para salvar las diferencias existentes.

SimShot: un nuevo formato de aprendizaje para conversaciones sobre simulación

Antes de profundizar en el contenido, dediquemos un momento a apreciar el formato. SimShot está diseñado como una breve y impactante dosis de conocimiento, como un espresso rápido de experiencia. Cada episodio cuenta con la opinión de un experto para debatir temas de actualidad relacionados con la simulación, con el objetivo de fomentar el debate abierto y el aprendizaje colectivo. En el primer episodio, Belén comparte su perspectiva sobre la estructuración de programas de simulación para estudiantes de enfermería, un público que a menudo se pasa por alto en los marcos diseñados para médicos con experiencia. Y aquí radica el núcleo de su mensaje: tenemos que replantearnos cómo se aplican las SimZones en la educación universitaria.

SimZones: un repaso rápido

Belén comienza describiendo el modelo SimZones, presentado por Peter Weinstock y sus colegas. Esta estructura jerárquica proporciona una hoja de ruta para alinear la educación basada en la simulación con las competencias de los alumnos, los objetivos institucionales y los resultados esperados. Aunque se ha adoptado ampliamente en la formación de posgrado, la aplicación del modelo en entornos de grado, especialmente para estudiantes de enfermería, revela algunas discrepancias.

La zona 0 implica orientación y familiarización. La zona 1 se centra en habilidades aisladas y procedimientos básicos. La zona 2 hace hincapié en las habilidades integradas en entornos de baja fidelidad. La zona 3 introduce funciones clínicas completas en escenarios complejos y realistas. La zona 4, a menudo pasada por alto, implica la reflexión y el aprendizaje a partir de la práctica clínica real.

Para muchos educadores, es tentador pasar directamente a la zona 3, creyendo que una simulación de alta fidelidad y alto riesgo equivale a un mejor aprendizaje. Pero Belén cuestiona esta suposición, especialmente cuando se trabaja con alumnos novatos.

El dilema de la simulación en la formación universitaria

Belén comparte una importante conclusión: cuando comenzó a impartir simulación a estudiantes de enfermería, asumió que estaba ofreciendo experiencias de zona 3. Pero pronto se hizo una pregunta fundamental: «¿Están realmente preparados mis alumnos para esto?».

La respuesta, según descubrió, era a menudo no. Los alumnos carecían del juicio clínico y los fundamentos teóricos necesarios para la zona 3. Empujarlos a simulaciones complejas sin una preparación adecuada suponía un riesgo de confusión, frustración y aprendizaje superficial.

En su lugar, Belén aboga por un enfoque programático de la simulación, que sea coherente, longitudinal y esté alineado con resultados de aprendizaje claramente definidos. Esto significa mapear los marcos de competencias nacionales con los objetivos de la simulación y situarlos adecuadamente dentro de la estructura de SimZones.

Traducción de competencias e integración en el plan de estudios

Uno de los principales retos de la formación en enfermería es traducir las competencias en objetivos de aprendizaje viables. Belén describe el papel del educador como una especie de traductor, que tiende un puente entre los marcos normativos nacionales y las experiencias de aprendizaje cotidianas.

Una vez realizada esta traducción, el siguiente paso es determinar dónde encajan mejor estos objetivos en las SimZones. No todas las habilidades se enseñan mejor en la Zona 3. Por ejemplo, un estudiante que aprende sobre el parto por primera vez se beneficiaría más de una experiencia en la Zona 1 o 2, adquiriendo gradualmente los conocimientos y la confianza necesarios para escenarios más complejos.

Equilibrio entre teoría, simulación y práctica clínica

Otro tema recurrente en el debate de Belén es el equilibrio entre los cursos teóricos, las horas de simulación y las rotaciones clínicas. La simulación requiere mucho tiempo y recursos (facilitadores capacitados, espacios dedicados, equipos) y debe integrarse cuidadosamente para evitar desplazar otros componentes esenciales de la educación.

Además, el profesorado debe gestionar las percepciones de los estudiantes sobre sus roles. Cuando los mismos instructores alternan entre evaluadores, conferenciantes y facilitadores, los estudiantes pueden tener dificultades para abandonar su mentalidad evaluadora y adoptar la naturaleza reflexiva y no crítica de la simulación. Crear un entorno de aprendizaje seguro se convierte en algo fundamental.

Zona 3: ¿un encaje difícil de alcanzar?

Belén plantea una pregunta audaz pero sincera: «¿Existe realmente la zona 3 en la formación de grado en enfermería?».

La zona 3 requiere que los alumnos actúen dentro de su función clínica real y participen en sesiones informativas profundamente reflexivas centradas en sus modelos mentales. Pero los estudiantes universitarios, por definición, carecen de autonomía en entornos clínicos. No pueden actuar de forma independiente y, en la vida real, siempre están supervisados por un preceptor. Traducir esto a un escenario de simulación sin violar el realismo ni sobrecargar la capacidad de los estudiantes se convierte en un reto complejo.

Además, los modelos mentales de los estudiantes aún se están formando. Sin una exposición suficiente a la vida real, es posible que no haya suficiente criterio clínico sobre el que reflexionar. Los instructores a menudo se ven obligados a cambiar de rol, pasando de facilitadores a expertos en la materia, para llenar las lagunas de conocimiento durante las sesiones informativas. Esto aleja aún más la experiencia de la estructura ideal de la Zona 3.

Una nueva propuesta: la Zona 2 Plus

Para abordar esta cuestión, Belén y sus colegas proponen una zona de simulación intermedia, que combina las ventajas de las zonas 2 y 3 y se adapta a la realidad de los estudiantes universitarios. La denominan Zona 2 Plus.

Esta zona incorpora:

  • Juego de roles, que permite a los estudiantes «actuar como» los profesionales en los que se están formando.
  • Debriefing selectivo, en el que los instructores exploran los modelos mentales sin dejar de ofrecer correcciones de contenido por parte de expertos.
  • Complejidad realista, que introduce ruido y distracciones sin sobrecargar la carga cognitiva.
  • Roles dinámicos de los instructores, que permiten a los educadores alternar entre la facilitación y la instrucción en función de las necesidades de los estudiantes.

La Zona 2 Plus es una solución pragmática, basada en la creencia de que la simulación debe adaptarse al nivel de los alumnos, y no al nivel que el marco espera que alcancen.

El papel de la Zona 4: análisis de la práctica real

Hacia el final de la conversación, Álvaro plantea una cuestión muy interesante: «¿Qué pasa con la Zona 4?».

Belén está de acuerdo en que la Zona 4, a menudo infrautilizada, tiene un enorme potencial. En su institución, implementan el debriefing clínico, utilizando las experiencias clínicas reales de los alumnos como oportunidades de aprendizaje reflexivo. Se trata de momentos muy intensos, llenos de aprendizaje emocional y cognitivo, especialmente cuando se gestionan con cuidado y estructura.

Estos análisis ayudan a los estudiantes a interiorizar sus experiencias y refuerzan las prácticas seguras, sin necesidad de costosas infraestructuras de simulación.

Consejo final: empezar por las necesidades, no por los marcos

Como mensaje de despedida, Belén ofrece algunos consejos a los educadores que deseen implementar SimZones:

«No empiecen por las zonas. Empiecen por las necesidades de sus alumnos».

Comprenda las competencias de sus estudiantes, el contexto de su institución y sus objetivos docentes. A continuación, alinee estas necesidades con SimZones o adapte el marco para que se ajuste mejor a su contexto. La simulación es una herramienta flexible. La magia reside en cómo la utilizamos.

Conclusión

El modelo SimZones es un marco potente, pero, como nos recuerda Belén González Tejerina, no es una solución válida para todos. La formación de grado en enfermería exige flexibilidad, creatividad y voluntad de adaptación. Ya sea a través de la Zona 2 Plus o de las sesiones clínicas, el objetivo final sigue siendo el mismo: preparar a los futuros enfermeros con competencia, confianza y compasión.

Con iniciativas como SimShot, el debate sobre la innovación en la simulación continúa: breve, incisivo y perspicaz, como un buen trago.

LEER TAMBIÉN

Deja un comentario

Suscríbete al newsletter

Todas las novedades SIM, directamente a tu email.
Recibe mensualmente las mejores investigaciones, noticias e historias sobre simulación sanitaria

Join our newsletter