Este artículo explora los retos a los que se enfrentan los formadores a la hora de gestionar las cargas cognitivas mientras enseñan. SKILLQUBE, una empresa alemana comprometida con la reducción de la carga cognitiva de los formadores mediante métodos innovadores y tecnología de simulación sanitaria, presenta la Teoría de la Carga Cognitiva (CLT) y su relevancia para la formación.
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El papel de los formadores es sencillo de definir, pero a menudo difícil de cumplir. Deben ser capaces de instruir y moderar. Se espera de ellos que planifiquen las sesiones de formación, utilicen los medios y los materiales de forma específica, se dirijan a los participantes de forma adecuada y tengan en cuenta las necesidades individuales. Esto es a la vez una maldición y una bendición porque, por un lado, la diversidad de tareas y funciones hace que el trabajo sea tan apasionante y, por otro, todas estas tareas pueden resultar abrumadoras. Resulta interesante analizar las tareas y los recursos de afrontamiento de los formadores en su contexto profesional. La Teoría de la Carga Cognitiva (CLT), que normalmente utilizamos para reflexionar sobre el proceso de aprendizaje de nuestros participantes, puede ayudarnos en este sentido.
Teoría de la carga cognitiva (CLT)
A modo de recordatorio: La CLT es una teoría del aprendizaje relativamente nueva, desarrollada hace 30-40 años por los psicólogos John Sweller y Paul Chandler. El supuesto básico de la CLT es que la memoria de trabajo es un filtro para el almacenamiento permanente de nuevos conocimientos. La información se carga en la memoria de trabajo tanto desde la memoria sensorial como desde la memoria a largo plazo para resolver problemas.
Se pueden distinguir tres «cargas», que comparten un espacio limitado y se desplazan entre sí:
- Carga cognitiva externa (carga cognitiva extrínseca)
- Carga cognitiva intrínseca
- Carga cognitiva germana (carga cognitiva relacionada con el aprendizaje)
La carga cognitiva extrínseca e intrínseca debe mantenerse baja para dejar espacio a la carga cognitiva relacionada con el aprendizaje.
Aunque la teoría se basa en el proceso de aprendizaje, con un poco de imaginación se le puede dar la vuelta y utilizarla para ilustrar el proceso (práctico) de enseñanza. Por supuesto, científicamente no está validada para este fin. Sin embargo, una gran ventaja es que estas ideas podrían utilizarse para conectar con conceptos didácticos más nuevos («la formación es un proceso de aprendizaje mutuo»).
En relación con los formadores, la carga cognitiva extrínseca sería, por ejemplo
- el entorno de trabajo
- los materiales utilizados,
- el grupo de participantes y
- las condiciones generales de trabajo (presión del tiempo, …)
- etc.
La carga cognitiva intrínseca estaría relacionada con el contenido de la enseñanza.
- ¿Es muy complicado y hay que simplificarlo?
- ¿Está el formador suficientemente cualificado para hablar de ello?
- ¿Qué posibles preguntas pueden formular los participantes?
La carga cognitiva relacionada con el aprendizaje tendría que entenderse como carga cognitiva relacionada con la enseñanza. Incluiría los recursos necesarios para que la formación o la enseñanza sean eficaces.
¿Cuál es el beneficio?
El planteamiento de considerar la carga cognitiva del equipo de formación facilita el análisis y la optimización de los propios procesos de trabajo. El objetivo es mantener bajas las cargas cognitivas extrínsecas e intrínsecas.
El análisis podría referirse, por ejemplo, a las siguientes áreas
- Grupo de participantes (por ejemplo, composición)
- Tiempo para planificar los procesos
- Recursos espaciales
- Recursos técnicos
- Contenido del aprendizaje
- Tipo de formación / SimZones (según Roussin y Weinstock)
- Situación personal (por ejemplo, problemas familiares) de cada miembro del equipo
Estas áreas deben considerarse individualmente. La premisa básica es siempre que la carga cognitiva intrínseca o extrínseca derivada de estas áreas debe mantenerse baja para que los formadores puedan impartir la formación con la mayor eficacia posible.
Utilizando el ejemplo de los recursos técnicos, esto podría ser así:
- Recurso técnico (carga extrínseca)
- Efectos y funciones necesarios que deben representarse en la formación (en función del contenido didáctico).
- Posibilidades y limitaciones técnicas de las tecnologías disponibles
(¿Qué pueden representar las tecnologías? ¿Hasta qué punto es fácil/difícil utilizarlas?) - Recursos necesarios
(¿Conocen los formadores las tecnologías? ¿Se necesitan varios formadores/operadores para su funcionamiento?) - Comparación de necesidades, posibilidades y recursos
- Si las necesidades, posibilidades y recursos son congruentes o si hay más posibilidades/recursos de los necesarios, la carga cognitiva para los formadores en este ámbito es baja.
- Si las necesidades son mayores que las posibilidades y los recursos, hay que tomar medidas para reducir la carga cognitiva:
- Análisis de la posibilidad de selección, optimización o compensación.
- Selección: Cambiar el contenido del aprendizaje
- Optimización: Adquisición de otras tecnologías o elementos individuales necesarios para la compensación
- Compensación: Combinación de diferentes tecnologías/métodos o familiarización específica con elementos que no pueden representarse.
- Análisis de la posibilidad de selección, optimización o compensación.
Todas las áreas pueden considerarse utilizando este enfoque. Por supuesto, cada uno de ellos tiene unas características únicas que no pueden cambiarse. Por ejemplo: Un equipo de la UCI recibe formación sobre un procedimiento nuevo y muy complejo. No se puede influir mucho en la selección de los participantes (selección). Sin embargo, pequeñas optimizaciones (por ejemplo, cambiar la metodología) o compensaciones (por ejemplo, utilizar a un experto como jefe de equipo en la simulación) también pueden tener éxito en este caso.
Incluso hay efectos sinérgicos. Si un enfoque de este tipo reduce la carga cognitiva intrínseca y extrínseca de los formadores mediante procesos optimizados, se reduce al mismo tiempo la carga cognitiva de los participantes.
Acerca de SKILLQUBE
SKILLQUBE es una empresa alemana con sede en Baden-Württemberg. Como Centro Internacional de Formación (ITC) de la Asociación Americana del Corazón (AHA), damos soporte a 65 Centros Internacionales de Formación (ITS) en Alemania, Austria y Suiza. Basándonos en nuestros muchos años de experiencia en formación y cientos de comentarios de clientes, comenzamos a desarrollar nuestra propia tecnología de simulación en 2017. Nuestro objetivo siempre fue mantener la carga cognitiva para los formadores lo más baja posible. La conectividad de nuestros simuladores de monitor y ventilación a través de nuestro qubeCLOUD, el control de escenarios intuitivo y basado en fases, y la navegación lógica por menús son solo el principio. Nuestro objetivo es dar forma a las experiencias de formación de nuestros clientes de manera eficiente, ergonómica y sostenible. Estamos comprometidos con este objetivo.
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