En Humanitas Mater Domini, en Castellanza, la simulación ACLS se ha convertido en una herramienta clave en la formación del personal sanitario. Con sesiones periódicas, escenarios realistas y sesiones informativas exhaustivas, el equipo de urgencias pretende estandarizar la gestión de las emergencias cardiovasculares, mejorar la comunicación entre los operadores y formar a los futuros profesionales. Un modelo innovador y replicable, orientado a la seguridad del paciente y al crecimiento continuo del equipo sanitario.
Cuando el corazón se detiene, la preparación marca la diferencia
En el servicio de urgencias de Humanitas Mater Domini en Castellanza (VA), desde diciembre de 2023, la gestión de las emergencias cardiovasculares ya no es solo una cuestión clínica, sino también un ejercicio de precisión formativa. Cada mes, médicos, enfermeros, operadores socio-sanitarios y estudiantes se enfrentan a simulaciones de alta fidelidad para abordar situaciones de paro cardíaco y arritmias complejas. El corazón de este proyecto es el ACLS (Advanced Cardiovascular Life Support), el protocolo internacional para la gestión avanzada de emergencias cardiovasculares.

Según David Gaba, uno de los padres fundadores de la simulación en medicina, la simulación es una técnica que permite sustituir o amplificar experiencias reales a través de experiencias guiadas, replicando de forma interactiva los aspectos más destacados del mundo real. Se trata de un método consolidado a nivel internacional y cada vez más reconocido como herramienta esencial para la formación continua en el ámbito sanitario.
En el contexto del servicio de urgencias de Castellanza, la simulación se ha convertido en una cita fija, con ejercicios mensuales que se llevan a cabo en entornos fielmente recreados: una sala de hospital transformada en un auténtico puesto de urgencias, equipado con un simulador de ritmos cardíacos y un maniquí de alta fidelidad.

En comparación con las clases magistrales, la simulación permite interiorizar los conceptos a través de la experiencia directa, mejorando el rendimiento clínico.
— Carlo Maino, director del servicio de urgencias HMD Castellanza
Una formación inmersiva, sistemática y realista
Cada sesión sigue una estructura bien definida: desde la familiarización con el entorno hasta la sesión informativa inicial, pasando por la división de roles en el equipo, hasta el escenario simulado y la posterior sesión informativa.


Esta última, de unos 30 minutos de duración, es el momento en el que se analizan en profundidad los aspectos técnicos, comunicativos y de gestión que han surgido durante la simulación.

El objetivo es superar el enfoque dependiente del operador, favoreciendo la estandarización de los procedimientos de emergencia según directrices compartidas y basadas en evidencias científicas.
Desde el punto de vista de la enfermería, estas simulaciones ayudan a mantener vivas las competencias que no se utilizan a diario y a desarrollar el liderazgo y la autonomía en contextos críticos.
— Enrico Viceré, enfermero del PS HMD Castellanza
El valor añadido del Centro de Simulación
Para completar la formación, cada cuatro meses el equipo participa en jornadas de simulación intensiva en el Centro de Simulación de la Universidad Humanitas en Rozzano, donde se trabaja en entornos de alta fidelidad, idénticos a los hospitalarios reales.

Estas jornadas, de ocho horas de duración, permiten abordar escenarios más complejos y realistas, mejorando no solo las habilidades técnicas, sino también las competencias transversales, como la comunicación en equipo y la toma de decisiones en situaciones críticas.

Simulación también para los estudiantes
El proyecto también ha abierto recientemente sus puertas a la formación universitaria: desde hace aproximadamente un mes, los estudiantes de tercer año del Grado en Enfermería de la sede de Humanitas en Castellanza participan activamente en las simulaciones, guiados por un equipo de expertos compuesto por dos médicos y dos enfermeros de Urgencias.
En nuestro ámbito académico se busca cada vez más adoptar esta modalidad didáctica, eficaz para consolidar los conocimientos teóricos y aplicarlos en todos los entornos asistenciales.
— Laura Mansi, coordinadora del Grado en Enfermería Hunimed Castellanza
El objetivo es preparar a los futuros profesionales para afrontar de forma estructurada y consciente situaciones de emergencia de alta complejidad.
Hacia un modelo formativo exportable
Los resultados positivos obtenidos sobre el terreno animan a mirar más allá: el equipo está planeando ampliar la simulación a todas las unidades operativas del hospital, mediante la creación de un núcleo de formadores dedicados. El siguiente paso será formar a nuevos facilitadores para poder difundir la cultura de la seguridad de los pacientes a través de la simulación también en el territorio y en otros centros sanitarios.
Los estudios científicos confirman la eficacia de la simulación para mejorar la seguridad del paciente, la comunicación entre los profesionales y la eficiencia operativa de los equipos. Y los resultados obtenidos en Castellanza también apuntan en esta dirección:
- Mayor cohesión en los equipos multidisciplinares
- Comunicación más clara y estructurada en las emergencias
- Mejor asignación de funciones
- Mayor tranquilidad en la gestión de los errores como oportunidad de aprendizaje
No en vano, la Organización Mundial de la Salud ha incluido la simulación entre las metodologías recomendadas para la formación clínica.
“La simulación permite ponerse a prueba en un entorno protegido. Los errores no son fracasos, sino herramientas de crecimiento individual y colectivo.”
Conclusión
El tiempo invertido en la simulación nunca es tiempo perdido: es tiempo de crecimiento, reflexión y aprendizaje en un entorno seguro, donde incluso los errores se convierten en un valioso aliado para mejorar las competencias individuales y la cohesión del equipo. La fuerza de este proyecto reside en su rigurosa organización y en la participación activa y consciente de todos los operadores involucrados. Los resultados obtenidos, concretos y medibles, confirman lo que ya ha surgido en la literatura científica.
El objetivo es ambicioso, pero realista: construir un modelo de formación clínica basado en la simulación, replicable y exportable a todas las áreas del hospital y a todas las realidades sanitarias, territoriales y hospitalarias que deseen evolucionar en la gestión del paciente crítico. Un reto cultural y profesional que parte de la formación para transformar la atención sanitaria.
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