¿Qué tienen que ver la simulación y el envejecimiento? Este artículo explora el papel de la simulación clínica y la realidad virtual para afrontar los retos del envejecimiento, ofreciendo soluciones innovadoras para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Desde la detección precoz con juegos serios hasta la prevención a través de experiencias virtuales, pasando por el tratamiento con programas de rehabilitación cognitiva, la simulación se perfila como una herramienta crucial para transformar la asistencia sanitaria en una era de longevidad.
Hemos duplicado la esperanza de vida, pero ¿estamos realmente preparados para el inevitable impacto del envejecimiento en nuestra mente? A pesar de que los avances médicos y farmacológicos han prolongado la esperanza de vida, la prolongación de una vida sana no ha seguido el mismo ritmo. Las enfermedades crónicas, en particular las neurodegenerativas, van en aumento, lo que supone un complejo desafío para los sistemas sanitarios. En una época de simulación avanzada y de inteligencia artificial, ¿cómo podemos, entonces, utilizar estas tecnologías para hacer frente al desafío del envejecimiento y el deterioro cognitivo? Sin embargo, conviene hacer algunas premisas teóricas antes de hablar de la función que puede tener la simulación en el diagnóstico, la prevención y el tratamiento del deterioro cognitivo, probablemente el más preocupante de los signos del envejecimiento.
El proceso de envejecimiento
El envejecimiento es un proceso biológico en el que las células pierden la capacidad de replicarse y funcionar correctamente, lo que culmina en un deterioro de las funciones fisiológicas. Aunque está influenciado por la genética, está fuertemente modulado por el estilo de vida, con factores como el sedentarismo y la obesidad que juegan un papel central.
El deterioro cognitivo es uno de los signos más evidentes: según la OMS (2021), el Alzheimer y otras demencias afectan al 8,1 % de las mujeres y al 5,4 % de los hombres mayores de 65 años. La mayoría de los casos están relacionados con factores ambientales, lo que pone de manifiesto la importancia de la prevención. Incluso en la edad adulta, el cerebro mantiene una capacidad limitada de neurogénesis, especialmente en el hipocampo, y de crear nuevas conexiones sinápticas, procesos influenciados por los estímulos cognitivos, la actividad física y la calidad del sueño. Estos mecanismos ayudan a ralentizar el deterioro cognitivo y a preservar las funciones cerebrales.
¿Cómo puede la simulación cambiar las reglas del juego?
La simulación está creciendo rápidamente en todos los niveles de la práctica sanitaria. De hecho, hoy en día se considera cada vez más no solo una herramienta de entrenamiento y reducción del riesgo clínico, sino también una herramienta para los propios pacientes. La terapia asistida por RV, por ejemplo, se ha convertido en un tema popular que ha atraído numerosos estudios en el campo de la rehabilitación (Diaz et al, 2018), trastornos de salud mental (Wiederhold y Riva, 2019), trastornos psiquiátricos (Dellazizzo et al., 2020) y toxicomanía (Hone-Blanchet et al., 2014). En el caso del deterioro cognitivo, la simulación puede ser útil en tres fases fundamentales: diagnóstico, prevención y tratamiento.
Diagnosis
Mediante sistemas de simulación, es posible reconocer los signos del deterioro cognitivo en una fase temprana. Una detección más temprana de los trastornos cognitivos puede ofrecer ventajas considerables para médicos y pacientes. En primer lugar, ofrece más tiempo para preparar una terapia de apoyo al paciente, acompañada de medidas en el ámbito del estilo de vida que podrían mejorar notablemente el curso de la patología. Un estudio realizado en 2021 por la Dra. Natalia Sevcenko y un equipo de investigadores de alto nivel sobre usuarios de juegos serios reveló que es posible determinar la carga cognitiva de un sujeto simplemente jugando durante unos minutos a uno de estos juegos de simulación de alta fidelidad. Se trata de juegos en los que se simulan escenarios verosímiles, en los que los participantes deben realizar tareas específicas. En función de las modalidades y los tiempos de realización de las acciones requeridas, el software es capaz de calcular la carga cognitiva: el esfuerzo que emplea la memoria de trabajo para recuperar la información necesaria. Según John Sweller, psicólogo australiano que en 1991 elaboró la teoría de la carga cognitiva, las actividades que requieren una mayor carga cognitiva son las que los pacientes realizan con más dificultad. Es necesario tener en cuenta que este parámetro es totalmente individual y que una actividad que para un sujeto sano requeriría una carga cognitiva baja, podría requerir una muy alta para un paciente neurológico. Lo que acabamos de decir debería poner de manifiesto la importancia que puede tener la simulación en el ámbito de la detección precoz, al ser capaz de percibir incluso las más mínimas carencias cognitivas, no siempre evidentes para el ojo humano.
Prevención
En el ámbito de la prevención, la simulación puede ser una herramienta válida para personas sanas que presentan factores de riesgo específicos para el desarrollo de patologías cognitivas. De hecho, todas las actividades que estimulan las habilidades intelectuales desempeñan un papel preventivo contra los trastornos cognitivos. Experiencias como paseos por la naturaleza, viajes, juegos mentales e interacciones sociales pueden simularse con las modernas herramientas de realidad virtual. De esta manera, incluso las personas más aisladas y menos involucradas en la sociedad podrían recibir los estímulos necesarios para mantener un buen nivel de sinaptogénesis y neurogénesis. Recordemos que estos procesos combinados garantizan la protección de las neuronas, desempeñando así un papel preventivo contra las patologías típicas de la vejez, según la teoría de la reserva cognitiva. El concepto de reserva cognitiva en el campo de la neurociencia se utiliza ampliamente. Este concepto prevé que cada experiencia, cada lectura, cada interacción social, deja una huella en nuestro cerebro, enriqueciendo el repertorio cognitivo del que disponemos. Resulta evidente que, partiendo de una amplia reserva cognitiva, es más improbable sufrir un deterioro senil. Michela Matteoli, directora del programa de neurociencias del Instituto Humanitas de Milán, sintetiza el concepto con una intrigante metáfora botánica diciendo: «Deberíamos regar nuestra memoria para que no se marchite». Parece evidente que la simulación, en sus diversas modalidades, ofrece numerosas posibilidades de enriquecer las experiencias de cada uno de nosotros, contribuyendo a incrementar nuestras reservas cognitivas. En el ámbito de la prevención, los juegos serios, que hemos mencionado, desafiantes desde el punto de vista intelectual, son un método extraordinariamente útil para mantener la mente activa y entrenada. El aprendizaje en sí, derivado de la lectura, el estudio de nuevos idiomas o cualquier otra fuente, ha demostrado beneficios comprobados para el cerebro humano. De hecho, después de períodos de aprendizaje de actividades específicas, se producen modificaciones reales en la conformación del cerebro. Este fenómeno es posible gracias a la plasticidad de nuestro cerebro, es decir, la propiedad que permite que nuestro órgano más importante se modifique a nivel macroscópico, gracias a las modificaciones microscópicas que se producen a nivel sináptico. Este proceso se produce tras la estimulación de las funciones cognitivas, que tienden a mejorar y a preservarse. Por el contrario, un cerebro poco estimulado corre un mayor riesgo de sufrir el proceso de deterioro. Desde esta perspectiva, la simulación, y más concretamente la realidad virtual, podría revelarse como una herramienta gamechanging en la prevención de enfermedades pertenecientes al espectro del deterioro cognitivo.
Tratamiento
El tema del tratamiento, según los conocimientos neurocientíficos más actualizados, sigue siendo demasiado similar al de la prevención. De hecho, hasta la fecha no disponemos de tratamientos reales para las enfermedades del deterioro cognitivo. Sin embargo, existen herramientas para reforzar determinadas funciones cognitivas y crear una reserva suficiente para prevenir un colapso real en la tercera edad. En este sentido, la práctica de la simulación, y una vez más la realidad virtual, pueden desempeñar un papel protagonista. La RV permite simular actividades mnemotécnicas especialmente atractivas para los pacientes. En este sentido, un estudio de doce semanas, realizado en Taiwán por el grupo de investigación de Ying-Yi Liao, sobre la eficacia de la RV en el tratamiento del deterioro cognitivo puede ser útil para comprender las posibles aplicaciones de la simulación en el tratamiento de estas patologías. El objetivo del estudio taiwanés era comparar los cambios en términos de activación neuronal en dos grupos de pacientes con deterioro cognitivo ligero (Mild Cognitive Impairment). El primer grupo siguió un régimen de ejercicio físico y estimulación cognitiva clásica. El segundo, en cambio, mantuvo el ejercicio físico, pero integró ejercicios de estimulación cognitiva en realidad virtual. Al final de las doce semanas se observaron mejoras en ambas grupos; sin embargo, el grupo que incluyó la RV en su programa de entrenamiento mostró mejoras significativamente mayores en los campos de la memoria verbal y la capacidad cognitiva general. Además, los análisis hemodinámicos también mostraron un aumento de la eficiencia en la implicación neuronal en el área de la corteza prefrontal para el grupo de entrenamiento integrado con RV. Obviamente, la conclusión a la que ha llegado el estudio es la probable utilidad de introducir la simulación virtual en el programa de rehabilitación de pacientes ancianos con déficits cognitivos. Otra categoría de pacientes especialmente propensa a desarrollar patologías cognitivas es la de las personas con déficits auditivos. De hecho, a menudo esta condición puede convertirse en motivo de aislamiento precisamente debido a las dificultades que los pacientes con pérdida parcial de audición encuentran en la vida cotidiana. Estas dificultades conducen a una readaptación neuronal progresiva en el área prefrontal, útil para potenciar las funciones auditivas comprometidas, pero determinante para una pérdida en las capacidades cognitivas y motoras como el equilibrio y la coordinación. En un estudio actualmente en curso, realizado en colaboración por la Concordia University y el Toronto Rehabilitation Institute (KITE), se sostiene que los métodos de entrenamiento en el hogar con RV, capaces de simular estímulos visuales y auditivos, pueden ser útiles para progresar en la realización de acciones combinadas, cognitivas y motoras en sujetos con déficit auditivo. Sin embargo, los investigadores de los dos institutos coinciden en que el uso de audífonos podría ofrecer una mejora adicional de los resultados, permitiendo que los recursos cognitivos de los pacientes vuelvan a centrarse en las demás acciones que se están llevando a cabo en lugar de escuchar el entorno circundante.
Otras aplicaciones de la simulación podrían incluir nuevas experiencias y nuevas relaciones, siempre muy estimulantes para nuestro sistema nervioso. Por ejemplo, sería posible simular viajes, excelentes oportunidades para aumentar la curiosidad de los pacientes hacia culturas diferentes. Las infinitas experiencias que la realidad virtual hace accesibles directamente desde casa podrían ser uno de los métodos más eficaces para tratar a pacientes con trastornos cognitivos, al menos hasta que se disponga de terapias más eficaces que las actuales. El ámbito relacional también desempeña un papel destacado en el tratamiento de estos pacientes. De hecho, el compromiso social tiene, a todos los efectos, una función preventiva y terapéutica en el ámbito cognitivo. Es sabido que mantener las relaciones sociales y ser parte integrante de una comunidad unida es un poderoso factor de protección. De hecho, sería extremadamente útil encontrar métodos para involucrar en un entorno comunitario a los pacientes afectados por el deterioro cognitivo. De esta manera, se lograría que se sintieran útiles e importantes, ofreciéndoles la motivación adecuada para mantener su mente entrenada. La simulación podría ser el vehículo adecuado para conectar a todas estas personas en una comunidad virtual, igualmente capaz de promover nuevas relaciones y afectos para sujetos que con demasiada frecuencia se encuentran obligados a permanecer solos en casa.
¿Cómo actuar?
Podría ser útil equipar a las personas en riesgo de desarrollar patologías de deterioro cognitivo con dispositivos como los visores de realidad virtual, adecuados para mantener una adecuada implicación de las facultades mentales de los pacientes. De esta manera, se podrían prevenir muchos casos de patologías y limitar los daños de las inevitables, interviniendo al mismo tiempo con un régimen de estilo de vida activo y funcional para mantener un buen rendimiento físico y mental. Un enfoque holístico, como el descrito, tendría muchas ventajas. En primer lugar, reduciría la carga de los pacientes afectados por el deterioro cognitivo sobre las familias y los cuidadores, favoreciendo su independencia. Los pacientes se mantendrían más en forma física y mental, además de participar más en las actividades físicas y virtuales de sus comunidades de pertenencia. Los costes de las terapias, a menudo poco útiles, se reducirían drásticamente. Pero, sobre todo, podríamos ofrecer condiciones de vida mucho más gratificantes a las generaciones sin las cuales no estaríamos aquí.
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