Simulación en pediatría: crecer con la innovación

Algunos buenos ejemplos de simulación en pediatría propuestos por los estudiantes ingenieros del curso «Simulación en Medicina» de la Universidad de Génova

“La pediatría es una rama de la medicina que se ocupa del desarrollo fisiológico y del tratamiento de las enfermedades de las personas en edad de desarrollo», así define el diccionario Treccani la disciplina de la pediatría. La pediatría es, por tanto, aquella rama de la medicina cuyo objetivo es tratar, estudiar y, si es posible, predecir las afecciones crónicas, los estados patológicos y las urgencias de los pacientes menores de edad: es, en todos los sentidos, una medicina en miniatura. Las cuestiones críticas que hay que abordar distan mucho de ser triviales. De hecho, a diferencia de otras disciplinas, el pediatra se ocupa del cuidado de la persona en su totalidad, de un paciente que cambia constantemente, y rara vez puede confiar en los tratamientos específicos y consolidados de la medicina de adultos, ya que no siempre representan una solución adecuada y requieren varias revisiones Es precisamente en estas sutilezas donde encaja la simulación, que, gracias a su versatilidad, se convierte en una herramienta necesaria para la formación, proporcionando un entorno seguro en el que preparar adecuadamente a los pediatras, para que puedan perfeccionar sus habilidades, aumentando la calidad de los cuidados prestados.

La simulación en pediatría sigue desarrollándose y sólo recientemente está mostrando una propensión hacia las simulaciones de casos y las técnicas innovadoras de difusión y enseñanza. El Meyer Health Campus, un ejemplo virtuoso de simulación pediátrica en Italia, ofrece una amplia gama de diferentes tipos de eventos y cursos de simulación pediátrica, como la simulación de urgencias neuropsiquiátricas en pediatría, o talleres como POCUS – Paediatric Point Of Care Ultrasound.

Durante el curso de Simulación en Medicina, que se imparte en la licenciatura de tres años de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Génova, a cargo de la profesora Serena Ricci, pudimos explorar algunos experimentos interesantes de simulaciones en cirugía pediátrica como el caso de la separación de gemelos unidos, una operación especialmente rara y delicada, y la resolución quirúrgica del labio leporino y el paladar hendido (conocida como labio leporino), una operación de cirugía plástica que se realiza en el primer año de vida del niño.

En cuanto a los gemelos unidos, en 2013 se creó una simulación de alta fidelidad de la cirugía de separación en el Hospital Infantil de Filadelfia para preparar a todo el personal que participaría en la intervención. Para aumentar el realismo, se creó un maniquí ad hoc. Más recientemente, en el hospital Bambino Gesù de Roma, se desarrolló un modelo anatómico de gemelos unidos para facilitar la planificación de la intervención de separación. La compleja anatomía se reprodujo con técnicas de impresión 3D tras la segmentación para extraer e identificar estructuras o regiones específicas a partir de imágenes de diagnóstico. Durante el modelado y la impresión 3D, las estructuras más delicadas, como los vasos sanguíneos, se diferenciaron utilizando distintos colores.

Hablando del labio leporino, es interesante mencionar dos soluciones: un simulador háptico desarrollado hace unos 20 años en la Universidad de Stanford, y SIMPeds Cleft Trainer, un simulador de fidelidad media desarrollado en el Hospital Infantil de Boston. El primero combina un software con un dispositivo háptico para recrear la sensación táctil y entrenar así las habilidades manuales, con especial énfasis en la precisión de corte y sutura. Gracias a un algoritmo, el software proporciona una evaluación mediante un sistema de puntuación en función del tiempo de ejecución y la validez de los puntos elegidos para realizar las incisiones. El segundo, por su parte, es un modelo físico de la cabeza de un niño que, gracias a la fidelidad de tejidos y huesos, muestra una resistencia adecuada al corte, y permite entrenar las habilidades manuales en un entorno realista.

Estos dos ejemplos muestran cómo la simulación en pediatría requiere soluciones nuevas, específicas y a menudo tecnológicamente avanzadas. Sin embargo, el futuro de esta disciplina debe buscarse no sólo en el progreso tecnológico, sino también en la difusión y la portabilidad de las simulaciones, que deben poder utilizarse en todas partes, incluso donde no se disponga de espacio o en los países en desarrollo. De este modo, la interacción de la comunidad sanitaria con la simulación crecerá, dando lugar a estudios de eficacia que reconocerán cada vez más a la simulación como una herramienta útil y obtendrán así financiación y visibilidad que permitirán seguir avanzando.

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