Está científicamente demostrado que la simulación en el Desarrollo Profesional Continuo (DPC) mejora la formación sanitaria, dotando a los profesionales de enfermería de competencias vitales para una atención al paciente de calidad. Ofrece un entorno seguro para el desarrollo de habilidades, la toma de decisiones críticas y el trabajo en equipo, tendiendo un puente entre la teoría y la práctica. Este artículo presenta beneficios respaldados por la ciencia junto con estrategias eficaces para aumentar su impacto en el desarrollo profesional en enfermería. Estos elementos no sólo fomentan el crecimiento individual, sino que también mejoran la seguridad general del paciente y los niveles de atención, mostrando que la simulación en el DPC es una herramienta fundamental, basada en pruebas, para el avance de la asistencia sanitaria.
El Desarrollo Profesional Continuo (DPC) es esencial para que los profesionales sanitarios se mantengan a la vanguardia de su campo, equipados con las últimas habilidades y conocimientos. La simulación es una experiencia de aprendizaje inmersiva que reproduce escenarios clínicos del mundo real y tiende un puente entre la teoría y la práctica. Proporciona, de hecho, un espacio seguro para que los alumnos practiquen las habilidades clínicas, la toma de decisiones y el pensamiento crítico, fomentando la competencia y la confianza que se traducen directamente en mejores resultados en la atención al paciente (de Carvalho Filho, Sehlbach y Martin, 2023). Por lo tanto, la simulación es una piedra angular del DPC en enfermería y ofrece un enfoque transformador del aprendizaje experimental.
En este artículo te presentamos los beneficios de la simulación respaldados por la evidencia y las estrategias para maximizar su impacto en el DPC para Enfermería.
BENEFICIOS CLAVE
- Desarrollo seguro de habilidades
La simulación proporciona un entorno sin riesgos para que los alumnos practiquen y perfeccionen sus habilidades clínicas. Este espacio seguro les permite cometer errores y aprender sin dañar a pacientes reales ni a sí mismos (Lotte Pannekoeke et al., 2023).
- Práctica reflexiva
La simulación apoya la práctica reflexiva al permitir a los alumnos evaluar su rendimiento, identificar áreas de mejora y crear planes de aprendizaje personalizados (Tavares, 2019). Esta autoevaluación y reflexión son cruciales para el desarrollo profesional continuo.
- Educación para el trabajo en equipo
La simulación fomenta el trabajo en equipo eficaz al permitir a los alumnos colaborar con profesionales de distintas disciplinas y procedencias. Fomenta la comunicación, la cooperación y la resolución de problemas en colaboración (de Carvalho Filho, Sehlbach y Martin, 2023).
- Exposición a diversos escenarios
La simulación expone a los alumnos a una amplia gama de situaciones clínicas, como casos raros o complejos, urgencias y colaboración interprofesional. Esta amplia exposición expande sus experiencias y les prepara para la práctica en el mundo real (Tavares, 2019).
MAXIMIZAR LAS ESTRATEGIAS
- Adoptar el aprendizaje experiencial
La simulación sumerge a los enfermeros en escenarios clínicos reales, permitiéndoles practicar el pensamiento crítico y la toma de decisiones. Este enfoque práctico tiende un puente entre la teoría y la práctica, aumentando la confianza y la competencia (de Carvalho Filho, Sehlbach y Martin, 2023).
- Aprendizaje personalizado
La simulación ofrece experiencias de aprendizaje personalizadas, lo que permite a los enfermeros centrarse en áreas que se ajustan a su práctica. Ya se trate de un servicio de urgencias o de una unidad pediátrica especializada, este enfoque personalizado mejora su crecimiento profesional (Tavares, 2019).
- Fomento de la colaboración multidisciplinar
La asistencia sanitaria se nutre de la colaboración, y la simulación ofrece oportunidades para el aprendizaje interprofesional. Las enfermeras se relacionan con profesionales de diversos ámbitos sanitarios, fomentando el trabajo en equipo y las habilidades de comunicación que mejoran los resultados de los pacientes (Hulse, 2022).
- Integración perfecta de las tecnologías emergentes
La rápida evolución del panorama sanitario exige que las enfermeras se adapten a las nuevas tecnologías y procedimientos. La simulación les prepara permitiendo la experiencia práctica con equipos y técnicas de vanguardia, reduciendo la curva de aprendizaje en la práctica clínica (Mather, Gale y Cummings, 2017).
- Mejora continua mediante la reflexión
La simulación va más allá de la mejora de las habilidades, cultiva una cultura de mejora continua. Los debriefings posteriores al escenario animan al personal de enfermería a analizar sus decisiones, acciones y resultados, lo que conduce a áreas de crecimiento y a un compromiso con la excelencia (Fey y Jenkins, 2015).
- Flexibilidad para el aprendizaje permanente
La trayectoria profesional de los profesionales de enfermería está marcada por el aprendizaje y el crecimiento continuos. La simulación proporciona diversos formatos de aprendizaje, incluidos los escenarios presenciales y virtuales, que se adaptan a las apretadas agendas y a las preferencias personales para el desarrollo continuo (Mlambo, Silén y McGrath, 2021).
En conclusión, la simulación proporciona a los profesionales sanitarios un entorno de aprendizaje dinámico y adaptable que mejora su competencia y les prepara para el panorama sanitario en constante evolución. No sólo fomenta el crecimiento individual, sino que también mejora la seguridad del paciente y la calidad de la asistencia. La integración de la simulación en el Desarrollo Profesional Continuo (DPC) de los profesionales sanitarios cambia las reglas del juego. Pone en primer plano los escenarios realistas, el aprendizaje personalizado, la colaboración interdisciplinar y la integración de la tecnología. A medida que el panorama sanitario siga evolucionando, los profesionales sanitarios equipados con un DPC basado en la simulación estarán bien preparados para prestar una asistencia de la máxima calidad, manteniéndose a la vanguardia de los avances del sector.
Referencias
de Carvalho Filho, M. A., Sehlbach, C., & Martin, A. (2023). Co-Constructive Patient Simulation as an Experiential Tool for Continuing Professional Development in Healthcare. Journal of CME, 12(1), 2192378. https://doi.org/10.1080/28338073.2023.2192378
Lotte Pannekoeke, Stakkestad, A., Kambe, M., Johanne, K., & Dahl, H. (2023). Ongoing training and peer feedback in simulation-based learning for local faculty development: A participation action research study. Nurse Education Today, 124, 105768–105768. https://doi.org/10.1016/j.nedt.2023.105768
Tavares, W. (2019). Roads less traveled: understanding the “why” in simulation as an integrated continuing professional development activity. Advances in Simulation, 4(1). https://doi.org/10.1186/s41077-019-0111-z
Mather, C. A., Gale, F., & Cummings, E. A. (2017). Governing Mobile Technology Use for Continuing Professional Development in the Australian Nursing Profession. BMC Nursing, 16(1). https://doi.org/10.1186/s12912-017-0212-8
Fey, M. K., & Jenkins, L. S. (2015). Debriefing Practices in Nursing Education Programs: Results from a National Study. Nursing education perspectives, 36(6), 361–366. https://doi.org/10.5480/14-1520
Hulse, A. L. (2022). A Multidisciplinary Learning approach: a Narrative Review. British Journal of Nursing, 31(7), 364–370. https://doi.org/10.12968/bjon.2022.31.7.364
Mlambo, M., Silén, C., & McGrath, C. (2021). Lifelong Learning and Nurses’ Continuing Professional development, a Metasynthesis of the Literature. BMC Nursing, 20(62), 1–13. https://doi.org/10.1186/s12912-021-00579-2
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