En esta entrevista exclusiva de SIM Talks, la Dra. Jabeen Fayyaz, presidenta electa de la Sociedad Internacional de Simulación Pediátrica (IPSS), reflexiona sobre su trayectoria desde Pakistán hasta Canadá y sus contribuciones pioneras a la simulación pediátrica. Habla de los retos, las innovaciones y el futuro de la simulación sanitaria, desde las pruebas de sistemas hasta la formación interprofesional. Destacando la equidad, la inclusividad y la colaboración global, la Dra. Fayyaz comparte su visión de cómo la simulación pediátrica puede mejorar los resultados para los niños de todo el mundo.
Tuvimos el placer de hablar con la Dra. Jabeen Fayyaz, directora médica del programa de simulación SimKIDS, profesora asociada de la Universidad de Toronto y presidenta electa de la Sociedad Internacional de Simulación Pediátrica (IPSS). Con una notable carrera que abarca desde ser pionera en medicina de urgencias pediátricas en Pakistán hasta dirigir programas de simulación de vanguardia en Canadá, la Dra. Fayyaz ha dedicado su trabajo a promover la seguridad de los pacientes, la formación de los profesionales de la salud y el desarrollo de capacidades a nivel mundial a través de la simulación. En esta conversación, comparte su trayectoria, su pasión por la simulación y su perspectiva sobre el futuro de la simulación pediátrica en todo el mundo.
Estamos encantados de darte la bienvenida, Jabeen. En esta columna, nuestro objetivo es ofrecer a nuestros lectores una visión más cercana de las voces que lideran las sociedades internacionales de simulación.
Tu carrera te ha llevado de Pakistán a Canadá, desde papeles pioneros en medicina de urgencias pediátricas hasta dirigir un importante programa de simulación en Toronto. ¿Cómo han moldeado estas diversas experiencias tu identidad profesional y tu enfoque de la simulación?
Gracias por la cálida bienvenida. Mi trayectoria se ha definido realmente por los contrastes y las conexiones. La formación en Pakistán me inculcó un profundo sentido de la ingeniosidad, el trabajo en equipo y la urgencia de innovar cuando cada herramienta cuenta. La transición a Canadá y el trabajo en SickKids me sumergieron en un sistema en el que la excelencia clínica se apoya en la tecnología avanzada, el pensamiento sistémico y un enfoque implacable en la seguridad y la calidad.
Estas experiencias han moldeado mi enfoque de la simulación de dos maneras muy poderosas. En primer lugar, veo la simulación no como un complemento, sino como una necesidad, ya sea para preparar a un equipo en Karachi para gestionar el shock séptico con recursos limitados o para ensayar cuidados interprofesionales complejos en Toronto. En segundo lugar, he aprendido que las personas, nuestros equipos, alumnos y colegas, son los verdaderos impulsores de la innovación.
La simulación no es un lujo, es el puente que conecta a las personas, las culturas y las posibilidades.
La India también ha formado parte de su trabajo a nivel mundial. ¿Cómo han contribuido sus colaboraciones allí al avance de la simulación pediátrica y qué lecciones ha aprendido al trabajar en estos diferentes contextos sanitarios?
La India ha sido una parte importante de mi trayectoria global en simulación. Bajo el liderazgo de la Dra. Neha Thakur, hemos desarrollado conjuntamente el programa Manual de reanimación pediátrica en traumatismos (PTRM), que ofrece formación estructurada y basada en escenarios para equipos que gestionan traumatismos pediátricos en entornos con gran volumen de pacientes y recursos limitados. Esta colaboración me ha demostrado cómo la innovación puede florecer cuando se unen el liderazgo local y la experiencia global.
Trabajar en la India me ha confirmado que, aunque los sistemas sanitarios difieren, los retos en el trauma pediátrico (reconocimiento oportuno, trabajo en equipo coordinado y toma de decisiones rápida) son universales. La simulación ha proporcionado una plataforma para abordar estas deficiencias, no solo a través de habilidades técnicas, sino también mediante el fortalecimiento de la comunicación, el liderazgo y la preparación del sistema.
La mayor lección ha sido la humildad: las soluciones deben crearse de forma conjunta, adaptarse al contexto y centrarse en las necesidades de los niños y las familias
A través del PTRM y más allá, la India me ha demostrado que la simulación es más poderosa cuando empodera a los equipos locales para impulsar un cambio sostenible.
Desde su perspectiva, ¿cuáles son las mayores barreras para implementar programas de simulación en la educación sanitaria y cómo podemos superarlas?
Una de las mayores barreras para implementar la simulación es la falta de distinción entre un centro de simulación y un programa de simulación. Con demasiada frecuencia, la atención se centra en la construcción de instalaciones y la compra de equipos, sin invertir en las personas, los planes de estudio y los sistemas que realmente hacen que la simulación sea significativa. Otro reto es la escalabilidad: cómo extender la simulación de alta calidad más allá de los centros terciarios a los hospitales comunitarios, las escuelas de enfermería y los entornos con pocos recursos. La seguridad emocional también se pasa por alto con frecuencia, pero es esencial para crear una cultura de aprendizaje en lugar de miedo.
Podemos superar estas barreras cambiando el enfoque: la simulación no se define por las paredes o los maniquíes, sino por el propósito, la pedagogía y las personas. El desarrollo del profesorado, las asociaciones internacionales y locales y el uso de herramientas innovadoras como la realidad virtual, la inteligencia artificial y la simulación a distancia pueden ayudar a ampliar el acceso y la equidad.
La simulación no prospera en los centros, sino en los programas que empoderan a las personas y transforman la práctica.

Su investigación hace hincapié en la simulación como herramienta para probar sistemas y procesos. En su opinión, ¿por qué la simulación tiene dificultades para ser considerada una herramienta esencial para mejorar los sistemas de salud más allá de la formación?
La simulación ha demostrado ser una herramienta eficaz para la formación, pero su papel en las pruebas de sistemas y procesos sigue estando infrautilizado. Una de las razones es que las organizaciones sanitarias suelen ver la simulación solo desde una perspectiva educativa, en lugar de como un método de mejora de la calidad o de la ciencia de la seguridad. Otro reto es que los resultados de las pruebas de sistemas, como la identificación de amenazas latentes para la seguridad o deficiencias en el flujo de trabajo, a veces son más difíciles de cuantificar y menos visibles que las métricas de rendimiento de los alumnos. También existe una desconexión entre los educadores que realizan simulaciones y los administradores que toman decisiones a nivel de sistema, lo que limita la integración en la estrategia organizativa.
Para avanzar, debemos posicionar la simulación como parte del conjunto de herramientas de mejora de la atención sanitaria, junto con las auditorías, las reuniones de seguridad y los paneles de control de calidad. Cuando los líderes comprenden que la simulación puede revelar vulnerabilidades antes de que perjudiquen a los pacientes, se convierte en algo indispensable.
La simulación no solo consiste en preparar a las personas, sino también en preparar los sistemas para ofrecer una atención más segura.
El programa SimKIDS se ha convertido en un punto de referencia para la simulación pediátrica. ¿Podría explicarnos algunas de sus características más distintivas y cómo ayudan tanto a los alumnos como a los equipos sanitarios?
SimKIDS se ha convertido en un punto de referencia para la simulación pediátrica debido a su escala, diversidad y profundidad. En 2024/25, el programa impartió 53 726 horas de formación a lo largo de 897 sesiones, llegando a 9619 alumnos. De estas, 260 sesiones fueron interprofesionales, reuniendo a médicos, enfermeras, terapeutas respiratorios, administrativos y profesionales sanitarios afines, un modelo que refleja el entorno clínico real.
Guiado por el director médico, el Dr. Lennox Huang, y la directora del Instituto de Aprendizaje, Kelly McMillen, y codirigido por Emily Louca, SimKIDS se ha convertido en un programa que no solo ofrece formación de primer nivel, sino que también impulsa la mejora del sistema. Más allá de la formación en procedimientos y reanimación, nos centramos en la simulación traslacional para poner a prueba los flujos de trabajo y los procesos de seguridad antes de que los pacientes se vean afectados. Los programas de becas, certificados y asignaturas optativas del Learning Institute Teaching and Education (LITE) forman a los futuros líderes en simulación a través de proyectos académicos y tutorías.
En esencia, SimKIDS no se limita a impartir sesiones, sino que se centra en formar a las personas, probar los sistemas y configurar una atención pediátrica más segura e inteligente en todo el mundo.

Habiendo trabajado tanto en Pakistán como en Canadá, ¿qué diferencias y similitudes observa en la adopción de la simulación en los sistemas sanitarios?
Trabajar tanto en Pakistán como en Canadá me ha demostrado que la simulación habla un lenguaje universal de seguridad y aprendizaje, pero la forma en que se adopta refleja los contextos culturales y sistémicos. En ambos países, los alumnos valoran la oportunidad de practicar en entornos seguros, pero en Pakistán, las normas culturales y las fuertes jerarquías de poder a veces dificultan la
Otra diferencia es el alcance de la educación interprofesional. En Canadá, la EIP se integra deliberadamente en los planes de estudio y la acreditación, mientras que en Pakistán aún está emergiendo y necesita oportunidades más estructuradas para reunir a médicos, enfermeras y profesionales sanitarios afines en pie de igualdad.
La mayor similitud es la pasión por el aprendizaje; la mayor necesidad en todas partes es utilizar la simulación no solo para adquirir habilidades, sino también para desafiar la jerarquía, fomentar la equidad y fortalecer el trabajo en equipo.
En todas las culturas, la simulación crea un espacio para desafiar el poder y fortalecer el trabajo en equipo.
Recientemente ha sido elegido presidente de la Sociedad Internacional de Simulación Pediátrica (IPSS), ¿qué significa este cargo para usted a nivel personal y profesional?
Ser elegido presidente de la International Pediatric Simulation Society (IPSS) es tanto un honor personal como una responsabilidad profesional que asumo con profunda gratitud. A nivel personal, refleja el camino que he recorrido desde mis raíces en Pakistán hasta mi trabajo en Canadá y más allá, y me recuerda a los mentores, colegas y alumnos que me han acompañado. También es una celebración de la comunidad global a la que pertenezco, una comunidad que cree que la simulación puede mejorar la vida de los niños en todo el mundo.
Profesionalmente, este cargo supone una oportunidad para dar forma al futuro de la simulación pediátrica en el ámbito internacional. Me centraré en la equidad, la inclusión y la innovación, garantizando que la simulación sea accesible no solo en los centros con grandes recursos, sino también donde más se necesita.
Para mí, dirigir la IPSS no es solo ostentar un título, sino amplificar voces, tender puentes y reimaginar una atención más segura para los niños de todo el mundo.
La IPSS se ha convertido en un punto de referencia mundial para los profesionales que trabajan en la simulación pediátrica. Desde su perspectiva, ¿qué hace que la IPSS sea única en comparación con otras sociedades científicas?
Lo que hace única a la IPSS es su enfoque singular en los niños y la forma en que reúne a una comunidad verdaderamente global e interprofesional. A diferencia de otras sociedades de simulación o especializadas más amplias, la IPSS es la única sociedad dedicada exclusivamente a promover la simulación pediátrica, lo que le confiere un propósito claro y una identidad sólida. Nuestros miembros son médicos, enfermeros, educadores, investigadores, tecnólogos y líderes políticos que comparten el mismo objetivo: una atención más segura y de mayor calidad para los niños a través de la innovación en la simulación.
Otra característica distintiva es el espíritu de colaboración. La IPSS siempre ha sido más que conferencias y comités: es una comunidad en la que se comparten ideas abiertamente, se fomentan las asociaciones transfronterizas y se da prioridad a la tutoría.
Lo que distingue a la IPSS es su esencia: una sociedad en la que la equidad, la inclusión y la atención centrada en el niño son fundamentales, lo que la convierte no solo en una sociedad científica, sino en un movimiento global para transformar la atención sanitaria pediátrica a través de la simulación.
La IPSS reúne a miembros de diversos orígenes profesionales y culturales. ¿Qué estrategias considera más eficaces para que la IPSS garantice un acceso más inclusivo a la formación en simulación pediátrica?
Para la IPSS, la inclusividad significa ir más allá de la representación para garantizar un acceso real a la formación en simulación pediátrica en todo el mundo. Una de nuestras estrategias más eficaces es el modelo de afiliación por niveles, que ofrece afiliación gratuita a los colegas de países de ingresos bajos y medios (PIBM), una medida deliberada para eliminar las barreras financieras.
La oferta virtual de la Academia IPSS amplía los seminarios web, talleres y recursos de alta calidad a todo el mundo, garantizando que la geografía ya no sea una limitación. Además, la beca de simulación pediátrica IPSS-INSPIRE ofrece tutoría estructurada, becas y desarrollo de liderazgo, equipando a los líderes emergentes para fortalecer los programas de simulación en sus contextos locales.
Al combinar el acceso gratuito, el aprendizaje virtual y la tutoría a largo plazo, estamos creando una cultura en la que todos los miembros, independientemente de su origen o recursos, pueden contribuir, aprender y liderar.
Para mí, la inclusividad no es solo un principio, sino una práctica: construir vías para que todos los niños, en todas partes, se beneficien de una atención más segura e inteligente a través de la simulación.
La IPSS organiza el congreso anual IPSSW, que se ha convertido en un evento emblemático en este campo. ¿Qué impacto cree que tiene este encuentro en la comunidad de simulación y qué dirección le gustaría que tomara en el futuro?
El congreso IPSSW es realmente el corazón de nuestra comunidad. Cada año, reúne a profesionales de la simulación pediátrica de todas las disciplinas y continentes para compartir investigaciones, innovaciones y lecciones aprendidas. Su impacto no solo radica en la difusión de la ciencia de vanguardia, sino también en las conexiones que fomenta, la tutoría, las colaboraciones y las amistades que perduran mucho después de que finaliza la reunión. Para muchos, la IPSSW es el lugar donde nacen las ideas y se inician las colaboraciones, lo que da forma al futuro de la simulación pediátrica en todo el mundo.
De cara al futuro, veo que la IPSSW seguirá ampliando su alcance amplificando las voces de las regiones menos representadas y mostrando innovaciones que son tanto de alta tecnología como de bajo coste.
Me emociona especialmente que la IPSSW 2026 se celebre en Roma, Italia, una ciudad rica en historia y aprendizaje. Promete ser una reunión histórica en la que celebraremos nuestra comunidad global y trazaremos juntos el próximo capítulo.
Muchas gracias, Jabeen, por dedicarnos tu tiempo y por ofrecer a nuestros lectores una valiosa perspectiva sobre el futuro de la simulación pediátrica.
LEER TAMBIÉN