La Universidad Santo Tomás lidera una innovadora simulación de accidentes de tránsito en Chile, combinando realismo extremo y colaboración interinstitucional. Más de 600 participantes vivieron experiencias inmersivas en emergencias, fortaleciendo habilidades clínicas y fomentando la conciencia sobre seguridad vial. La actividad se consolidó como una estrategia pedagógica de alto impacto con alcance nacional.
¿Qué sucede cuando la educación en salud sale del aula y se enfrenta a la crudeza del asfalto?
En Chile, una iniciativa académica sin precedentes ha puesto a prueba los límites de la simulación clínica, llevando a estudiantes y profesionales al centro de escenas de emergencia inspiradas en hechos reales. Más que un ejercicio académico, se tratò de un laboratorio viviente de aprendizaje, prevención y transformación social.
Introducción
Movilizados por la trágica cifra de 1.635 vidas perdidas en accidentes de tránsito en Chile durante 2023, un grupo de coordinadores de simulación de la Universidad Santo Tomás (UST) buscó una forma más efectiva de preparar a los futuros profesionales de la salud. Así, decidieron llevar la formación académica a las calles, simulando accidentes de tránsito a escala real. Este ambicioso proyecto no solo buscó poner en práctica las habilidades de los estudiantes en situaciones de emergencia, sino que también se alinea con el plan estratégico institucional, fomentando la vinculación con la comunidad y brindando una experiencia transformadora para los estudiantes.
La idea nace como plan piloto y se gesta inicialmente en la cuidad de La Serena, Chile, El proyecto consistió en un taller interprofesional simulado de alta fidelidad en entorno extrahospitalario, donde estudiantes, profesionales y colaboradores participaron activamente en un escenario de accidente vial. Esta estrategia permitió fortalecer las habilidades técnicas y no técnicas de los participantes en un contexto de rescate de víctimas de una colisión vehicular. Durante el desarrollo de la actividad, los participantes se sumergieron en un entrenamiento intensivo preparándolos para actuar en gestión de recursos en crisis.
Detrás del simulacro: ingeniería del realismo y coordinación extrema
Recrear un accidente de tránsito con precisión quirúrgica no es tarea menor. La organización de estos simulacros exigió una logística de alto calibre, en la que nada se dejó al azar. Desde autos siniestrados y postes eléctricos caídos, hasta víctimas con heridas realistas diseñadas con técnicas avanzadas de moulage, todo fue concebido para provocar una inmersión total. A esto se sumó la coordinación meticulosa con cuerpos de emergencia reales: bomberos, carabineros, ambulancias, el Servicio Médico Legal, la SIAT y otras entidades estatales colaboraron para dar vida a un escenario que, por momentos, parecía más un hecho noticioso que una simulación.

El impacto fue tal que los organizadores no tardaron en dar un paso más. Decidieron escalar el proyecto y, aprovechando la Semana Internacional de la Simulación Clínica 2024, coordinaron 13 simulacros simultáneos en distintas ciudades del país. El objetivo: amplificar el alcance formativo y comunitario de la experiencia.

En esta segunda versión, la creatividad y el compromiso fueron aún más lejos. Se incorporaron nuevas variables como maniobras de reanimación cardiopulmonar en caninos, abriendo paso a la


Medición del impacto: más allá de la satisfacción estudiantil
Los involucrados manifestaron estar «muy de acuerdo» o «de acuerdo» con la actividad, alcanzando un 87% de satisfacción general. De igual manera, el 81% de los estudiantes afirmó que el simulacro contribuyó significativamente a sus competencias interprofesionales, destacando la importancia del debriefing posterior al simulacro como una valiosa herramienta reflexiva para el aprendizaje. En el ítem “realismo de los escenarios y utilidad de los conocimientos adquiridos”, el 81% de los participantes elogió el gran montaje y puesta en escena que incluyó técnicas avanzadas de moulage para heridas, autos siniestrados, caída de tendido eléctrico, entre otros. Un abrumador 95% coincidió en que estas actividades son esenciales para fomentar una cultura de seguridad vial y prevenir accidentes, así como aumentar la percepción de riesgo del consumo de alcohol y sustancias ilícitas al volante. En la evaluación de la actividad se consideró la percepción de los participantes a través de preguntas abiertas, obteniendo una nube de palabras donde destacan: «trabajo en equipo», «responsabilidad», «conciencia» y «aprendizaje», resumiendo los beneficios percibidos por los involucrados. Cabe destacar que el sector interinstitucional expresó su compromiso de seguir creando simulacros de alto impacto comunitario y beneficio mutuo.
Lecciones que trascienden el aula: de la práctica a la transformación social
En resumen, la iniciativa de simulación de accidentes de tránsito a escala real de la Unidad de Simulación – Universidad Santo Tomás representa un enfoque innovador y efectivo para la formación de profesionales de la salud y la promoción de la seguridad vial. Los resultados positivos de las encuestas de satisfacción, el alto nivel de participación y el impacto en el desarrollo de competencias técnicas y no técnicas subrayan el valor de esta metodología. La colaboración interinstitucional, el realismo de los escenarios y la inclusión de nuevas modalidades, como la simulación veterinaria, demuestran el compromiso de la universidad y sus socios comunitarios con la mejora continua y la búsqueda de estrategias pedagógicas transformadoras. Esta iniciativa no solo prepara a los estudiantes para enfrentar situaciones de emergencia, sino que también fomenta una cultura de seguridad vial y conciencia social en la comunidad.
Conclusión
Este caso demuestra cómo la simulación clínica, al integrarse con escenarios de alta fidelidad y entornos reales, no solo optimiza el aprendizaje técnico y humano de los estudiantes, sino que también constituye una herramienta estratégica para la salud pública. La combinación de educación interprofesional, cooperación comunitaria y tecnología de simulación permite articular respuestas formativas que abordan tanto las necesidades curriculares como los desafíos sociales contemporáneos. En un contexto donde la prevención y la formación en terreno son clave, iniciativas como esta consolidan el rol de la academia como agente activo en la construcción de una sociedad más segura y resiliente.
REFERENCIAS
CONASET. Informe Nacional de Siniestros de Tránsito, Chile; 2023. Disponible en:
Durán P, Yepes Á, Martínez C, Pinzón C. Simulación clínica: herramientas innovadoras para la educación en Salud. México, D.F.; 2013. Disponible en:
Ascuet D. La simulación como estrategia didáctica y el funcionamiento del LAPS. Córdoba (Argentina): Universidad Nacional de Córdoba; 2014. Disponible en: http://www.enfermeria.fcm.unc.edu.ar/biblioteca/tesis/ascuet_daiana.pdf. Revisado 05 de febrero de 2025.
Foundation supporting clinical debriefing. Guía del usuario TALK. 2019. Disponible en: https://www.talkdebrief.org/startingtotalk. Revisado 05 de julio 2024.
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