LabIM: ingeniería médica para simulación

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Un laboratorio de ingeniería médica al servicio del Centro de Simulación para resolver problemas y encontrar soluciones que puedan aplicarse y utilizarse.

La Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra cuenta con un pionero Laboratorio de Ingeniería Médica (LabIM). Creada en 2015, su objetivo es aportar soluciones de ingeniería al entorno sanitario a través de la estrecha colaboración que existe entre los diferentes departamentos de la Facultad, la Clínica Universidad de Navarra (CUN), el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (Tecnun).

Y esta es la principal fuente de valor del LabIM, el estrecho contacto con diferentes instituciones de la Universidad y del entorno. Este ecosistema en el que nos encontramos nos permite tener acceso a los problemas y vivirlos para entenderlos en el entorno en el que se producen, colaborando estrechamente con las personas que se ocupan de ellos proporcionándoles una rápida retroalimentación.

LabIM tiene 3 líneas de trabajo: simulación médica, cuantificación de variables fisiológicas e impresión 3D.

Cada una de ellas puede enmarcarse en la investigación, la docencia o el servicio.

Centrado en la simulación médica, LabIM centra sus esfuerzos en resolver problemas reales y, aunque tiene una parte de investigación, el objetivo principal es resolver problemas y que las soluciones se apliquen y utilicen. Estos problemas o necesidades nos llegan de diferentes maneras.

La primera es del personal del Centro de Simulación (CSM). Formamos un equipo excelente con ellos y mantenemos una comunicación constante. De este modo, pueden transmitirnos las necesidades de los profesores o de ellos mismos. Otra forma es que los profesores o clínicos de la clínica se pongan directamente en contacto con nosotros. Y por último, tratamos de atender a las diferentes actividades que se desarrollan en el CSM para identificar posibles puntos de mejora desde nuestra perspectiva de ingeniería.

Una vez tenemos la necesidad, la analizamos en profundidad: ¿es realmente lo que busca lo que necesita y, aunque no parezca obvio, es realmente necesario, existe ya una solución comercial que cubra esa necesidad y somos capaces de cubrirla? Estas preguntas determinarán si nos implicamos e iniciamos un nuevo proyecto.

Empezamos asignando una persona responsable dentro del laboratorio y asignando un código de identificación para hacer un seguimiento de toda la documentación y el material generado. Definimos las características y requisitos de la solución que buscamos y fijamos un calendario. En el laboratorio trabajamos en un entorno abierto para que todos los miembros hagan las preguntas que consideren necesarias para aportar su punto de vista. Es habitual que varios miembros del laboratorio participen en el mismo proyecto porque todos tenemos acceso a todos los archivos del proyecto y a la lista de tareas. Nuestra proximidad nos permite transferir nuestros progresos y recibir información rápida para optimizar tiempo y recursos.

Una vez que tenemos una propuesta final aprobada, trabajamos en su validación y aplicación. Además, intentamos obtener un rendimiento en términos de investigación haciendo una publicación o llevándolo como comunicación o póster a un congreso. Finalmente cerramos el proyecto, y esto es importante porque nos permite empezar otros nuevos, aunque sean mejoras del anterior.

Así es como los miembros de las Jornadas de Cirugía Interactiva para Estudiantes (JOICE ) se pusieron en contacto con nosotros y nos contaron su idea de realizar la extirpación de un ependimoma como uno de sus talleres. Analizamos lo que realmente necesitaban, lo que era necesario, si había soluciones comerciales y si éramos capaces de llevarlo a cabo. Con todo esto determinamos lo que podíamos manejar y asignamos a la persona responsable dentro del laboratorio junto con un ID de proyecto. Junto con los médicos definimos los requisitos y preparamos el calendario. Manos a la obra.

Empezamos a barajar ideas en el laboratorio y se nos ocurrieron las primeras pruebas que subimos a la clínica para que las analizaran. Con los comentarios, propusimos las siguientes pruebas y avanzamos en el diseño del simulador. En unos meses tuvimos los primeros modelos que probar para definir el definitivo. Una vez decidido el modelo final, generamos un protocolo de fabricación y el material necesario. Instruimos a los miembros de la organización del congreso para que siguieran el protocolo y supieran cómo utilizar el material. Ese fue el final de nuestro trabajo y cerramos el proyecto. ¡A por el siguiente!

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Marcos Llorente Ortega
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