La simulación es también una herramienta de investigación con implicaciones asistenciales, en la práctica clínica y en el funcionamiento de los sistemas. Un estudio multicéntrico italiano investiga la eficacia de una ayuda cognitiva, el PALS 2015 de bolsillo.
En las últimas décadas, la simulación se ha consolidado no solo en el campo de la formación, sino también como una útil herramienta de investigación. Los estudios basados en simulación se dividen en dos tipos principales: (1) estudios que investigan la efectividad de la simulación como método de entrenamiento (para evaluar, por ejemplo, si ciertos métodos de simulación son más efectivos para mejorar el aprendizaje de habilidades técnicas/no técnicas específicas), y (2) estudios que utilizan la simulación como herramienta de investigación con implicaciones asistenciales, tanto en la práctica clínica individual como en el funcionamiento de los sistemas (para analizar, por ejemplo, la gestión de emergencias médicas de baja incidencia y alta complejidad de atención donde los estudios clínicos sobre hechos reales pueden ser difíciles y arriesgados). En este caso, la ventaja de los estudios basados en simulación es que se puede recrear un escenario clínico complejo con alto riesgo e impacto emocional en un entorno seguro y controlado. Sin embargo, para que los hallazgos sean aplicables en la práctica clínica, se debe formular una pregunta de investigación precisa y seguir una metodología de investigación rigurosa [1]. Por este motivo, la comunidad científica ha formulado directrices específicas para el diseño y la realización de estudios basados en simulación [2].
En este “capítulo” de la columna presentaremos un estudio observacional prospectivo multicéntrico italiano recientemente publicado [3]. La idea de este estudio nació del hallazgo de una gestión subóptima frecuente de los escenarios de paro cardíaco pediátrico por parte de médicos con formación especializada en pediatría, aunque con certificación PALS (Soporte vital avanzado pediátrico). Solo unos pocos estudios en la literatura, de carácter monocéntrico, habían explorado esta área, exclusivamente en países anglosajones, y realizando escenarios en los que el aprendiz era el único protagonista que interactuaba con miembros del equipo pertenecientes al equipo de investigación.
La población del estudio consistió en médicos pediátricos certificados PALS en formación especializada, divididos en equipos de tres por escenario. Todos los equipos, después de un briefing estandarizado y la obtención del consentimiento informado, llevaron a cabo el mismo escenario de paro cardíaco pediátrico (exposición). Los escenarios fueron grabados en video y posteriormente evaluados de forma independiente por dos revisores previamente capacitados. Como resultado primario se evaluó el número de desviaciones de las pautas en cuanto a errores (p. ej., dosis incorrecta de adrenalina), retrasos (p. ej., posicionamiento tardío del acceso vascular) y omisiones (p. ej., incapacidad para identificar causas reversibles). Esta evaluación se llevó a cabo a través de una revisión exhaustiva de las grabaciones de video de los escenarios.
Dado que no existe una puntuación validada en la literatura que pueda incluir todas las posibles desviaciones de las pautas, el número de desviaciones se midió utilizando una puntuación creada ad hoc para el estudio, denominada puntuación c-DEV15plus. Como resultados secundarios se evaluaron la performance del equipo de reanimación, utilizando la herramienta validada Clinical Performance Tool (CPT), el tiempo de ejecución de las acciones críticas de reanimación y la calidad de las compresiones torácicas, medidas por el software interno del simulador. El CPT es una herramienta validada para evaluar el desempeño de los participantes en la gestion de escenarios de simulación de reanimación pediátrica [4]. Se compararon los resultados, de forma exploratoria, entre los equipos que durante la gestión, espontáneamente, no habían utilizado ayudas cognitivas, con los que en cambio habían utilizado el PALS 2015 de bolsillo.
El estudio incluyó a 81 posgraduados (27 equipos) en tres centros. Las desviaciones de las pautas se encontraron altas (mediana de 7 desviaciones de un máximo de 15 para cada escenario) y se referían principalmente al posicionamiento de la tabla rígida, la administración de adrenalina y la llamada de auxilio. El uso del PALS de bolsillo no se asoció con una reducción en el número de desviaciones de las pautas, pero sí con un mejor desempeño del equipo, aunque limitado (puntuación CPT).
En base a estos resultados, el equipo de investigación decidió desarrollar una nueva herramienta cognitiva, una aplicación interactiva para tablet, que podría ayudar al equipo de reanimación durante los eventos de paro cardíaco pediátrico, para mejorar su gestión al reducir las desviaciones de las pautas. En los próximos «capítulos» de la columna, veremos juntos qué pasos se han tomado para probar la efectividad de esta herramienta.
1. Cheng A, et al. Designing and conducting simulation-based research. Pediatrics. 2014 Jun;133(6):1091-101. 2. Cheng A, et al. International Network for Simulation-based Pediatric Innovation, Research, and Education (INSPIRE) Reporting Guidelines Investigators. Reporting Guidelines for Health Care Simulation Research: Extensions to the CONSORT and STROBE Statements. Simul Healthc. 2016 Aug;11(4):238-48 3. Corazza F, et al. Adherence to guideline recommendations in the management of pediatric cardiac arrest: a multicentre observational simulation-based study. Eur J Emerg Med. 2022 Mar 29:MEJ.0000000000000923. Epub ahead of print. 4. Levy A, er al. External validation of scoring instruments for evaluating pediatric resuscitation. Simul Healthc 2014;9(6):360–9