La capacitación en la empresa puede volverse atractiva y ser percibida como extremadamente útil. ¿Es suficiente organizar escenarios de simulación inmersiva?
La formación en las empresas suele percibirse como una obligación innecesaria y costosa por parte del empleador y un evento aburrido y superfluo por parte de los trabajadores.
El personal de muchas empresas se ha visto obligado a trabajar a distancia durante el reciente período de pandemia. La vuelta a la presencialidad fue una oportunidad para intentar desmentir este mito relativo a la formación en el campo de los Primeros Auxilios.
Gracias a la previsión de la propiedad “bonprix” y a la disponibilidad del Servicio de Prevención y Seguridad de la empresa, hemos llevado la simulación a la planta de producción.
Ante la necesidad de que el personal que había estado en smart-working volviera a la sede, se tomaron medidas para organizar una serie de reuniones para los equipos de emergencia de la compañía, que ya habían sido previamente capacitados de acuerdo con la legislación vigente, pero obviamente no estaban acostumbrados a la intervención práctica y poco capacitados en simulación.
Las reuniones sirvieron para refrescar las nociones técnicas relativas a las intervenciones, pero también para consolidar el concepto de intervención en equipo poniendo todo en práctica durante las simulaciones en el aula.
Las lecciones fueron impartidas por diversos especialistas territoriales en emergencias y prevención de incendios y por el responsable del Servicio de Prevención y Protección de la empresa.
El momento final, al término de los encuentros formativos, fue denominado “El despertar de la Seguridad”, momento que involucró a todo el personal que trabaja en la sede de la empresa, en las oficinas, en las dos fábricas, en el taller y en el almacén.
La jornada se organizó con una sucesión de 12 escenarios simulados a escala real, con maniquíes de mediana fidelidad y con pacientes simulados.
Los equipos de emergencia se pusieron a prueba en situaciones probables como, por ejemplo, accidente con carretilla elevadora, con derrame de ácido de batería y traumatismo craneoencefálico del conductor; el infarto y consecuente parada cardiaca del operador de un carro de almacén «vertical» entrenando al equipo tanto en la maniobra de liberación y recuperación del montacargas, como en el manejo del escenario de parada cardiaca y el uso del desfibrilador semiautomático.
Otros escenarios han visto la implicación a gran escala del personal de oficina, con la simulación de eventos como el inicio de un incendio en un pequeño almacén contiguo a los puestos de trabajo y por tanto con la evacuación inmediata de todo el personal del edificio. Los equipos de emergencia en este escenario se vieron enfrentados tanto a la gestión y extinción del incendio como a la evacuación de un compañero que cayó y resultó herido en la fuga.
Otro escenario similar, es decir, el inicio de un incendio, se produjo en cambio en otro edificio que albergaba las oficinas del CED y las salas técnicas correspondientes. En este caso los equipos tuvieron que gestionar la evacuación de un compañero con movilidad reducida y un compañero intoxicado por humos.
Todas estas simulaciones despertaron la curiosidad del personal que solo presenció el evento, mientras que los participantes involucrados en las evacuaciones quedaron positivamente impresionados por la implementación de los procedimientos de la empresa.
De muchas personas que asistieron al evento, surgió el pedido de implementar la capacitación, ampliando así la audiencia de operadores capacitados, y repetir la experiencia con los escenarios simulados.
Los equipos de emergencia valoraron mucho la utilidad de poder poner en práctica lo discutido y aprendido en el aula, aunque con límites, poniéndose a prueba tanto como profesionales individuales como como equipo de emergencia, incluso en situaciones complejas.
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