7 reglas para comprar simuladores de forma inteligente

Ferooz Sekandarpoor
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Cuando se trata de comprar simuladores, muchos programas pierden años buscando la perfección. En esta guía experta, Ferooz Sekandarpoor, director de BrainNet Consulting Inc., comparte estrategias prácticas para los directores de centros de simulación: cómo tomar decisiones más inteligentes y rápidas sobre los equipos que realmente mejoran el aprendizaje. Desde la elaboración de presupuestos y la estrategia de proveedores hasta las métricas prácticas y la planificación del mantenimiento, descubra lo que realmente funciona para los programas que ofrecen resultados en lugar de acumular polvo.

Escrito en colaboración con BrainNet Consulting Inc.

El costoso error que sigo viendo

Una vez visité una facultad de medicina que llevaba tres años planificando su centro de simulación. ¡Tres años! Todavía estaban ultimando la lista de equipos porque no se decidían por qué entrenador quirúrgico robótico comprar, uno que podrían utilizar para un solo curso por semestre. Mientras tanto, sus residentes no tenían ningún tiempo de simulación práctica.

Por desgracia, esto no es raro. Muchos programas caen en la misma trampa: el análisis paralizante. Pasan años debatiendo, comparando y probando configuraciones tecnológicas «ideales» que puedan manejar todos los escenarios imaginables. Pero la verdad es que los centros de simulación que realmente tienen un impacto son los que empiezan poco a poco, con tecnología suficientemente buena, y mejoran a partir de ahí.

Por qué la regla del 80/20 lo cambió todo para mí

Hace cinco años, empecé a hacer un seguimiento del uso de los equipos en los diferentes programas de simulación con los que trabajo. El patrón era sorprendente y, sinceramente, un poco vergonzoso por el tiempo que tardé en darme cuenta.

Lo que se utiliza todos los días:

  • Maniquíes básicos para adultos y pediátricos
  • Monitores estándar y bombas intravenosas
  • Sistemas de grabación de vídeo
  • Salas de debriefing sencillas

Lo que se utiliza ocasionalmente:

  • Entrenadores de procedimientos de alta gama
  • Equipos especializados para cursos específicos
  • Gafas de realidad virtual (sí, incluso las más caras)

Lo que acumula polvo:

  • Ese simulador de robot quirúrgico de 200 000 dólares
  • Entrenadores ultraespecializados para procedimientos poco comunes
  • Equipos que requieren un doctorado para su manejo

El cálculo es brutal, pero claro: centra tu presupuesto en lo que realmente vas a utilizar a diario, no en lo que parece impresionante en los folletos.

7 reglas para tomar decisiones más inteligentes sobre los equipos

Después de ver cómo muchos programas tenían dificultades, desarrollé un enfoque sencillo. Nada revolucionario, solo reglas prácticas que funcionan.

  1. Empieza por tu programa de enseñanza

Antes incluso de mirar los catálogos de equipos, planifica lo que realmente vas a enseñar. Yo utilizo una sencilla hoja de cálculo:

  • Nombre del curso
  • Número de alumnos por año
  • Cuántas veces lo impartirás
  • Qué habilidades hay que practicar

Esto elimina de golpe alrededor del 60 % de las compras innecesarias de equipos.

  1. Prueba la integración

Pregunta desde el principio: «¿Funciona bien con lo que ya tenemos?».

Evita las «islas tecnológicas»: sistemas que no se comunican entre sí o que requieren equipos de soporte independientes. Los instructores deben enseñar, no resolver problemas.

  1. Aplica la «prueba de la abuela»

Si el miembro del profesorado con menos conocimientos tecnológicos no puede utilizarlo en 30 minutos, piénselo dos veces. Los equipos complejos suelen acabar sin utilizarse porque nadie quiere lidiar con ellos en los días de mucho trabajo.

  1. Calcule el coste real

Ese maniquí de 50 000 dólares no cuesta realmente 50 000 dólares. Añada:

  • Contratos de servicio anuales (normalmente entre el 10 y el 15 %)
  • Costes de formación para el profesorado
  • Cuotas de licencia de software
  • Piezas de repuesto y consumibles

Una vez que haga los cálculos, sus prioridades cambiarán.

  1. Haga un seguimiento de las métricas que importan 

Olvídese de los datos superfluos. Céntrese en lo que realmente importa:

  1. Tiempo de inactividad del equipo: si algo se estropea más del 10 % del tiempo, tiene un problema.
  2. Confianza de los instructores: ¿Se sienten cómodos los profesores utilizando el equipo de forma independiente? Si llaman al servicio técnico cada semana, es una señal de alarma.
  3. Rendimiento de los estudiantes: ¿cuántos alumnos tienen realmente tiempo para practicar? Aquí es donde los equipos caros y delicados acaban con su ROI. Índices de utilización: cualquier uso inferior al 40 % requiere una evaluación seria.
  4. Índices de utilización: cualquier uso inferior al 40 % requiere una evaluación seria.
  1. Construya por fases y mantenga la flexibilidad

Año 1: domine los conceptos básicos

Empiece con equipos fiables y polivalentes que cubran sus necesidades de formación de mayor volumen. No intente hacerlo todo.

Año 2: Llene los vacíos

Añada equipos especializados basándose en los datos de uso real del primer año. Se sorprenderá de lo diferente que es su lista de deseos después de ejecutar un programa durante un año.

Año 3 y más allá: Tiempo de innovación

Ahora puede experimentar con tecnologías emergentes, sabiendo que su programa básico es sólido.

  1. Establezca relaciones sólidas con los proveedores

Hay algo de lo que nadie habla lo suficiente: su relación con los proveedores de equipos puede hacer que su programa triunfe o fracase.

  • El soporte local es más importante de lo que cree Ese increíble simulador no sirve de nada si el técnico de servicio más cercano está a 800 km de distancia.
  • Las comunidades de usuarios son oro. Los mejores equipos vienen con grupos de usuarios activos en los que se pueden compartir escenarios, resolver problemas y aprender de otros programas.
  • Tenga cuidado con el argumento de la «solución total». A los proveedores les encanta vender paquetes completos, pero a menudo se quedará atascado con componentes que no necesita.

Una relación sólida con el proveedor no se basa tanto en las ventas como en la asistencia sostenible.

Lecciones aprendidas de los programas que lo hacen bien

Los centros de simulación que más admiro comparten algunas características. Estandarizan sin piedad, utilizando la misma marca de maniquíes o plataformas en todos los laboratorios, de modo que las piezas son intercambiables y la formación del profesorado se simplifica. Dan prioridad a la fiabilidad sobre las características, prefiriendo equipos que funcionan siempre en lugar de herramientas que parecen impresionantes pero fallan en los momentos críticos. Y planifican las cosas aburridas, presupuestando entre el 15 y el 20 % de los costes de equipamiento cada año para el mantenimiento. Porque, aunque la tecnología glamurosa acapara la atención, es el mantenimiento silencioso y constante lo que mantiene vivos los programas.

Evite las trampas habituales

Es fácil dejarse deslumbrar por la tecnología. La demostración en una importante conferencia sobre simulación siempre parece impecable (efecto conferencia), pero esas demostraciones se realizan en condiciones ideales, con operadores expertos y configuraciones perfectas. La vida real rara vez es tan benévola. Otra trampa común es la feature creep: comprar equipos que pueden hacer 47 cosas diferentes, cuando en la práctica solo se utilizan tres. Y luego está la trampa de la vanguardia: ser el primero en probar una nueva tecnología a menudo significa ser el primero en descubrir todos sus defectos. Los mejores programas aprenden a mirar más allá de la publicidad, invirtiendo en herramientas probadas, prácticas y alineadas con sus necesidades reales de formación.

Conclusión: hacer que funcione en el mundo real

Los mejores programas de simulación que he visto no comenzaron con listas de equipos perfectos o tecnología nueva y brillante. Comenzaron con objetivos educativos claros y construyeron su estrategia tecnológica en torno a lo más importante: el aprendizaje.

La perfección está sobrevalorada, la fiabilidad siempre gana. Forme bien a su profesorado en las herramientas que elija, planifique el mantenimiento y las actualizaciones desde el primer día y céntrese en los resultados, no en la apariencia.

Recuerde, a sus alumnos no les importan los últimos gadgets. Les importan las experiencias de aprendizaje reales que los preparan para pacientes reales.

Así que empiece por algún lado. El programa que se lanzará el próximo mes con equipos sólidos y funcionales cambiará más vidas que el centro «perfecto» que nunca abre sus puertas.

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Ferooz Sekandarpoor
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Ferooz Sekandarpoor

University of British Columbia (UBC), Faculty of Medicine View all Posts

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